V celam

PREPARACIÓN Y EXPECTATIVAS EN TORNO A LA V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINO-AMERICANO Y DEL CARIBE.

Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que en El nuestros pueblos tengan vida en El. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6)

UNA NUEVA CONFERENCIA

Una “conferencia” es una reunión de iguales para deliberar sobre asuntos de interés común. En el lenguajeeclesiástico, se distinguen conferencias “particulares” – como las conferencias nacionales del episcopado – y las conferencias “generales”, creadas a la semejanza de aquéllas – como la que está aconteciendo en este momento. Además, en esta forma, las conferencias latinoamericanas son un fenómeno prácticamente único.

Cuando, en Santo Domingo, en su discurso inicial, Juan Paulo II anunció su intenciónde convocar un “sínodo continental” para la Iglesia entera de América, parecía sellada la historia de las “Conferencias Generales del Episcopado latino americano y caribeño. La conmoción dejada era que no habría más “conferencias generales”. Habría “sínodos continentales”. Esa aprehensión tomó forma en el Sínodo de América, realizado en 1997, bajo la inspiración de un slogan repetido coninsistencia: “solo una América, solo una Iglesia”.

En verdad, desde el Sínodo de América parecían vaciadas las “conferencias generales” de la Iglesia de América Latina. Tanto que, al ser anunciada ésta, algunos manifestaron extrañeza y hasta alguna contrariedad, como la del Cardenal canadiense Turcotte en una de las reuniones del “Consejo pos-sinodal”, que resultó del Sínodo de América.La oportunidad para superar esa situación y revertir las expectativas surgió en la Asamblea del CELAM en Caracas, en 2001, cuando el Cardenal Maradiaga propuso una nueva Conferencia General, con la finalidad de celebrar el jubileo del CELAM. La amplia adhesión de casi todos los participantes dio consistencia a la propuesta, que, a partir de allí, pasó a ser llevada adelante, con la disposicióny la esperanza de ser concretada.

Era necesario salir del terreno de lo improbable, pasar por el posible, llegar al recomendable y obtener el ‘placet’ de João Paulo II, que parecía haber desautorizado la continuidad de las “Conferencias”. La intención de hacerse una nueva “Conferencia General” se transformó en decisión de hacerla, cuando João Paulo II expresó su concordancia. En esto tuvomérito el actual Presidente del CELAM, el Cardenal Errázuriz. Tuvo la iniciativa de formalizar una consulta oficial a la Iglesia de América Latina y del Caribe, para levantar las opiniones, y llevarlas al Papa. De las 22 Conferencias Episcopales, 20 se manifestaron favorables a la realización de la “Conferencia General”. De los 30 Cardenales latino americanos, 18 eran favorables. Presentadosestos datos al Papa, en una comida con la Presidencia del CELAM, João Paulo II sentenció: “Quiero lo que la Iglesia de América Latina quiere”. Estaba dado la señal verde para la realización de la Conferencia.

Fallecido el Papa, vino a elección de Benedicto XVI, que, en una comida con los cardenales de América Latina, definió Aparecida como la sede de la V Conferencia. Por casualidad,Aparecida se queda en Brasil. La elección de Aparecida se debe al simbolismo Mariano y eclesial del santuario de Aparecida. A pesar de menos conocido que Guadalupe, la historia de Aparecida es también encantadora y el santuario de la Virgen de Aparecida, el mayor santuario Mariano del mundo, con capacidad para 75.000 personas. En este sentido, una de las tareas todavía pendientes sería divulgar mejor,sobretodo entre los países de América Latina, el simbolismo de Aparecida, el significado de lo que podríamos llamar “parábola de Aparecida”.

No es fuera adrede imaginar que Benedicto XVI haya pensado en la Iglesia de Brasil: en el peso que ella tiene en el contexto actual de América Latina; en el valor de su rica experiencia eclesial, con todo su dinamismo, incentivado, sin duda, por la...