V A Crucis Del Santo Padre
Vía Crucis del Santo Padre, Juan Pablo II para el Viernes Santo.
Este vía crucis fue escrito por Su Santidad en 1976, cuando era Cardenal Arzobispo de Cracovia, en ocasión de los ejercicios espirituales que predicó a Pablo VI y a la Curia Romana en el Vaticano.
En esta meditación trataremos de seguir las huellas del Señor en el camino que va desde el pretorio de Pilato hasta el lugar llamado«Calavera», Gólgota en hebreo (Jn 19, 17). Hoy día este camino es visitado por los peregrinos que de todo el mundo acuden a Tierra Santa.
ORACIÓN INICIAL
Jesús, estamos aquí ante Ti, dispuestos a acompañarte en este camino de amor y sufrimiento redentor. Queremos meditar los acontecimientos que viviste tan intensamente y por amor a nosotros: desde la oración del huerto hasta tu muerte ysepultura. Nuestros pecados han sido la causa de tanto dolor. Por eso, te pedimos perdón y prometemos no ofenderte más.
María, Tú que siempre estuviste cerca de tu Hijo, ayúdanos a “tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús”. Tú, que permaneciste fiel al pie de la cruz, muéstranos el camino de la fidelidad.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R /. Amén.
I. Estación:Jesús es condenando a Muerte
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
La sentencia de Pilato fue dictada bajo la presión de los sacerdotes y de la multitud. La condena a muerte por crucifixión debería de haber satisfecho sus pasiones y ser la repuesta al grito: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale!” (Mc 15-13’14, ect.). El pretor romano pensó que podría eludirel dictar sentencia lavándose las manos, como se había desentendido antes de las palabras de Cristo cuando éste identificó su reino con la verdad, con el testimonio de la verdad (Jn 18, 38). En uno y otro caso Pilato buscaba conservar la independencia, mantenerse en cierto modo “al margen”. Pero eran sólo apariencias. La cruz a la que fue condenado Jesús de Nazaret (Jn 19, 16), así como su verdaddel reino (Jn 18, 36-37), debía de afectar profundamente al alma del pretor romano. Esta fue y es una Realeza, frente a la cual no se puede permanecer indiferente o mantenerse al margen.
El hecho de que a Jesús, Hijo de Dios, se le pregunte por su reino, y que por esto sea juzgado por el hombre y condenado a muerte, constituye el principio del testimonio final de Dios que tanto amó al mundo (cf.Jn 3,16).
También nosotros nos encontramos ante este testimonio, y sabemos que no nos es lícito lavarnos las manos.
Padrenuestro y Ave María
II. Estación: Jesús carga con la cruz
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Empieza la ejecución, es decir, el cumplimiento de la sentencia. Cristo, condenado a muerte, deber cargar con la cruz comolos otros dos condenados que van a sufrir la misma pena: “Fue contado entro los pecadores” (Is 53, 12). Cristo se acerca a la cruz con el cuerpo entero terriblemente magullado y desgarrado, con la sangre que le baña el rostro, cayéndole de la cabeza coronada de espinas. Ecce Homo! (Jn 19, 5). En Él se encierra toda la verdad del Hijo del hombre predicha por los profetas, la verdad sobre el siervode Yavé anunciada por Isaías: “Fue traspasado por nuestra iniquidades... y en sus llagas hemos sido curados” (Is 53, 5). Está también presente en Él una cierta consecuencia, que nos deja asombrados, de lo que el hombre ha hecho con su Dios. Dice Pilato: “Ecce Homo” (Jn 19, 5): “¡Mirad lo que habéis hecho de este hombre!” En esta afirmación parece oírse otra voz, como queriendo decir: “Mirad lo quehabéis hecho en este hombre con vuestro Dios!”.
Resulta conmovedora la semejanza, la interferencia de esta voz que escuchamos a través de la historia con lo que nos llega mediante el conocimiento de la fe. Ecce Homo!
Jesús, “el llamado Mesías” (Mt 27, 17), carga la cruz sobre sus espaldas (Jn 19, 17). Ha empezado la ejecución.
Padrenuestro y Ave María
III. Estación Jesús cae por primera...
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