y salimos a matar gente
La inseguridad es uno de losfantasmas que tiene aterida a la población venezolana. La violencia verbal y física deja corazones heridos y cuerpos yertos por doquier. Las estadísticas nos convierten en campeones de la muerte y eldolor. Las cárceles son espejo de una sociedad sin entrañas donde se pudren, sin posibilidad de redención, miles de hombres y mujeres en los que la hiel del odio y la insatisfacción los vuelve másagresivos, pues la vida, la propia y sobre todo la ajena, valen muy poco.
Hablamos de inseguridad sin percatarnos de la gravedad que encierra. La cultura de la violencia, la muerte y de sálvese quienpueda se introduce por los poros en nuestra sociedad. Todo se obtiene a los trancazos. Es la ley de la selva. El más fuerte vence. Así se manda y así se burla la ley para subsistir. No importa mentir,cambiar las reglas de juego, fingir ser cordero para dar el zarpazo…
Lo peor es creer que este mal se cura fácilmente. Las historias de vida, recogidas pacientemente por el Padre Alejandro Moreno y suequipo de investigación sobre el delincuente venezolano violento de origen popular ofrecen una radiografía que pone en evidencia el cáncer que corroe a nuestro país. Cuando se dice popular, un gransector percibe que la cosa no es con él. Craso error. En las esferas del poder político y económico, en las urbanizaciones y en los barrios, en empresarios y consumidores, en creyentes y ateos, la...
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