Y si caimos al suelo

 Mi llanto es sonriente, si es contigo
Por donde caminaba en la tarde fría de agosto un 24 de aquellos donde faltarían unos meses para navidad donde Nazcuya quizás esperaba un regaloy mientras Ascuario recibía los versos tristes de su noche maldita después de embriagarse con letras y cuentos, entre lecturas y escrituras, vaya vida que llevaba aquel idiota se decían los vecinosalejado por donde Ascuario tomaba el bus para dirigirse a su colegio subvencionado donde cuya mensualidad se costeaba y donde pesaba el kilo de pan diario de cada familia.

Ascuario a sus 15 añosañoraba esperar el amor y la tristeza se acongojaba entre lagrimas seductoras y el amor fulminante de aquella fiebre adolescente pretendiente del último roce de labios aunque fuera un diablo a quienbesara, y abrazaba su soledad distraída que a pesar de su desesperación también la agradecida por bondadosa y por excluirlo del dolor que seguía allí muy dentro de su alma, risa producía entre las gentesque malvadas reían y abusaban de aquella melancolía que repetía los versos tristes como decía Neruda y el recordaba esas noches como si fueran las ultimas. Vaya Ascuario el asco que produjo entre laschicas en cual tocata donde cayera arrodillado de felicidad, felicidad?, si... Ascuario pensaba enojosamente en su distraída atención y en el sufrimiento que decía sentir, vaya desde una puerta unamirada penetrante hacia Ascuario, la chica llamada Nazcuya sonreía al ver el rostro melancólico de Ascuario, pero esto no es una contradicción, al contrario, Ascuario en esa melancolía que se entregaba,seguía sintiendo una extraña sensación de cercanía con alguna inspiradora mujer , una mujer atronadora de sus sueños la realidad, lo maravilloso y todo lo que creía encontrar en unos labios dulcessin querer amargarlos.
Pasaron días y Ascuario comenzó una serie de diálogos con la chica que de cabellera roja lucia su belleza fulminante, tan fulminante como la agonía de Ascuario, la atracción...