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LA ESCOPETA - Julio Ardiles Gray
EL QUE NO SE CASA - Roberto Arlt
LOS OMICRITAS Y EL HOMBRE-PEZ - Juan Jacobo Bajarlia
LA CIGARRA -Enrique Banchs
LAS VISPERAS DE FAUSTO - Adolfo Bioy Casares
EL FIN - Jorge Luis Borges
UNA LAGARTIJA - Juan Burghi
UN PINCEL NUESTRO: TAFAS - H. Bustos Domecq
PERDIDA YRECUPERACIÓN DEL PELO - Julio Cortázar
TREN - Santiago Dabove
El cuento de olis olis catrín y el cañonazo
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UESIESQUE
un gutute mirichenambre cornoritotingo quera unanimalito con nombrecentífrico y que en el monte le dicen zorrillo, por fregar, levanto la para y ¡tas! echó unchorrito de gedentina espantis diablis, que se regó a cuatro leguas a la cuadrada ydijoriéndose con dientitos delgaditos: "¡Vaya, para quianden diciendo que la Primavera, queno sé qué, que las esencias de las jlores, y el maroma de las yerbas quembalsaman lanatura!" Y tiró tierra paratráscon las uñas y siguió caminando contento. Y era bien bonito el infeliz, con pelitos de blancura, catrincito, que quién hubiera dicho que lessaliera aqueya chabacanada de tufo. Y un tecolote que ya seestaba desmayando lo vio pasar y se tapó las narices. Y el teco le dijo hablando ñango: "¡A la puerca con las niñas bien vestidas de la jijelife! Que no les da pena, ¡ufa!" Y todo totoreco salióvolando. Yel zorrillo sólo se paró y se rascó un sobaquito y se sonriyó con dientes delgaditos ysiguió caminando. Y pasó por un zopiletero questaba cabeciando y diciendo "¡Quégüele, qué güele!" "¿Qué lesgusta mi olor?, les preguntó. Y un zope bajito hizo así conel dedo gordo y le dijo: "¡Miolor, miolor...; qué pretencioso el cipotío; ese olor lo tiranlos ángeles de la putrufacción para quedar bien connosotros!" Entonces el zorrillo jué pensativo de la nuca y dijo: "¡A la chucha, asaber si soy ángel y no sabía!" Y yegó ondeestaba un torogós echadito en su nidito quera bien chiquitito y le dijo...
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