Ética y acompañamiento terapeutico


Ética y Acompañamiento Terapéutico
María Laura Frank

La demanda sostenida y creciente de acompañantes terapéuticos por parte de distintos profesionales, instituciones y familias, en la actualidad expresa claramente la existencia de una necesidad social y clínica de este rol. Actualmente la mayor parte de las instituciones, públicas o privadas, que brindan tratamiento en salud mental y/odiscapacidades en Argentina, recurren de manera regular o esporádica a los servicios de los a.t.s, al igual que los geriátricos y las escuelas.

¿Qué lugar vienen a ocupar los a.t.s en el contexto social e histórico actual? No creemos que esta expansión se deba tan sólo a una mayor difusión del recurso, y de su ya probada eficacia terapéutica. Mas bien creo que el acompañamiento adquiere unvalor especial en estos tiempos, tiempos donde podemos ver el desvanecimiento de algunos valores, la fragilidad de las relaciones sociales, las fractura de redes naturales de contención.
Momentos donde el encuentro con otro se complica en la inmensidad de tareas, trabajos, obligaciones, en el apuro que impone la sociedad actual.
En este contexto el acompañar, el estar junto a otro ocupa un lugartrascendente, encuentros que para tener un valor deben ser fundados en un compromiso, en un posicionamiento desde la ética. Por lo tanto creemos que el trabajo del AT (acompañamiento terapéutico) no debería desarrollarse sin un planteo serio y reflexivo acerca de una ética del acompañamiento.

El acompañamiento tiene como principal herramienta el establecimiento de un vinculo con el otro,creando un lazo sólido, en una apuesta al compromiso, a lo estable, en tiempos en los que parece predominar lo efímero. Como lo expresa Zygmunt Bauman, en Modernidad líquida:
“nuestra época refuta la solidez y la durabilidad de las emociones y los sentimientos. En los albores del siglo XXI, nadie quiere pagar caro nada, lo sólido resulta insoportable... vivir el momento nos hace gente frágil.(...) esque a lo largo de las últimas décadas las leyes del mercado se fueron incrustando en nuestras subjetividades, de modo que salimos a buscar amantes, novios, amigos o representantes políticos como si fuéramos a comprar un objeto descartable”1.
Tiempos de consumismo, que no puede comprar aquello que es indispensable para constituirse en un sujeto capaz de disfrutar, vivir en sociedad, cuidar aotros, realizarse. En este contexto el AT, corre un riesgo ya que podría pensarse como una suplencia, una prótesis para la soledad de la posmodernidad; no es ese nuestro punto de vista. Para nosotros el vínculo que se establece con nuestros pacientes es, más bien, el medio por el cual posibilitar los cambios que les permitan establecer otras relaciones. Es allí donde la posición ética consiste enconsolidar una relación estable, segura, contenedora, que favorezca el fortalecimiento en contraposición a la fragilidad a la que nos subsume la cultura de lo efímero.

Por otro lado vemos una creciente segregación de personas, grupos y comunidades que son consideradas diferentes de los ideales dominantes. Momentos estos, en los que los valores proclamados son la productividad, la belleza, lajuventud, la salud, la propiedad, produciendo de distintas formas, la exclusión, la marginación de quienes no reúnen estos atributos, sujetos que por distintas causas o circunstancias no se adecuan a este modelo. Al decir de Zygmunt Bauman2, “...una sociedad moderna que intenta constantemente aunque en vano, abarcar lo inabarcable, sustituir la diversidad por uniformidad y la ambivalencia por un ordencoherente y transparente y que al intentar hacerlo genera sin cesar un número mayor de divisiones, diversidad y ambivalencia que aquel del que ha logrado deshacerse.”
Una sociedad que iguala , que produce en serie y propone soluciones estandarizadas, en un modelo que no contempla la singularidad.
Acompañar que permite la inclusión de quien, que por padecer, no puede formar parte del tejido...