El Manuscrito de Piedra. Capitulo 1
No era ésa, de todas formas, la única disputa que tenía dividida a la ciudad. Aún no se había enfriado del todo el conflicto de los Bandos, que durante varios años había enfrentadoa las grandes familias de la nobleza local y había puesto en peligro la continuidad del Estudio salmantino, cuando ya habían aflorado nuevas tensiones en otros ámbitos. Por un lado, estaban los que se aferraban con todas sus fuerzas a sus viejos privilegios; por otro, los que sólo pensaban en arrebatárselos y en añadir otros nuevos, sin ceder nada a cambio. Eran muchos, en fin, los que seresistían a salir de los tiempos oscuros, para entrar en una era de esplendor, la que supuestamente les ofrecía la nueva monarquía instaurada por los Reyes Isabel y Fernando, a los que el papa Alejandro VI acababa de conceder el título de Católicos. Era cierto que su llegada al poder había puesto fin al enfrentamiento entre el bando de San Benito, perteneciente a la parte más antigua de la ciudad, dondese ubicaban la Iglesia Mayor y la Universidad, y el de Santo Tomé, antes de San Martín, situado en la parte nueva, la que se extendía hacia el norte, pero su política estaba provocando nuevas disensiones. El hecho es que, a finales del siglo XV, Salamanca se había convertido en un hervidero de conflictos, lo que no quitaba para que estuviera comenzando a vivir también un momento de esplendor.Desde el pretil almenado del puente, el mismo por el que antaño pasaba la Vía de la Plata y ahora la cañada real para el ganado trashumante, Rojas podía ver, a ambas orillas del Tormes, grupos de lavanderas, ajenas a las tribulaciones que vivían los demás. A simple vista, parecían las mismas que había contemplado la primera vez que llegó a Salamanca, once años antes, cuando era casi un niño. Parecíacomo si el tiempo, cansado ya de huir, se hubiera detenido en ellas y las hubiera convertido en presencias inmutables, mientras el mundo a su alrededor no cesaba de dar vueltas y de sufrir transformaciones.
También su propia vida había experimentado grandes cambios. Hijo de conversos desde hacía cuatro generaciones, había nacido el 30 de julio de 1473, en La Puebla de Montalbán, a unas seis leguasde Toledo, donde por un tiempo vivieron sus padres. Desde muy niño, tuvo conciencia de ser diferente, no sólo por pertenecer a una familia y a una casta que siempre estaba bajo sospecha, sino también por su temprana inclinación al estudio y por su insaciable curiosidad. Aprendió a leer y a escribir con un canónigo, al que de cuando en cuando ayudaba en algunas de las labores de su ministerio....
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