Prensa Escrita
Actividades
1- En el siguiente texto analizar y señalar los diferentes roles que hacen a la redacción de una publicación periodística.
2- En grupos organizar y distribuir roles para formar equipos de redacción.
Un día en la vida de un diario
Por Jorge Fernández Díaz De la Redacción de LA NACION
Miércoles 7 de junio de 2006 | Publicado enedición impresa
A esta hora, hay un periodista buscando una primicia. La busca por los oscuros pasillos de Comodoro Py. Sabe que el secretario de un juez tal vez le filtre hoy ese expediente secreto y sueña con llevarlo a la redacción y con ganarse un titular en la portada. Se llama Gabriel, es flaco como una astilla, y es también nuestro hombre en el Poder Judicial.
A esta misma hora, hay unperiodista que bosteza. Se levantó muy temprano, llegó a la redacción vacía y se colocó frente a los diarios y a la computadora. Estuvo radiografiando las informaciones, midiendo nuestros aciertos y nuestros errores frente a la competencia. Está revisando ahora mismo los cables de las agencias noticiosas, escuchando las radios de la mañana y viendo la televisión. En dos horas, le pedirá a unordenanza que toque un triángulo sonoro, encabezará la reunión de blanco y tomará nota de lo que cada editor le propone. Les pedirá, a su vez, que cubran de determinada forma cada acontecimiento, les sugerirá una foto, una columna, un dato estadístico. Se llama Claudio, y es nuestro jefe de noticias.
A esta hora, hay un editor que se apura. Debe llegar a tiempo a esa reunión, informar las novedadesdel día y contar cómo piensa cubrirlas. Luego tiene un almuerzo pendiente. Lo esperan dos políticos escondedores que intentarán manipularlo, pero el editor jugará un rato con ellos, los rodeará, arrojará al cesto los frutos falsos que le ofertan y les extirpará la verdad que ocultan entre plato y plato. Se llama Alejandro, y es el segundo jefe de Política.
Alrededor de las tres, hay una redactoraen la calle. Marcha entre piqueteros enmascarados y toma nota de los estropicios. A diez cuadras, una colega toma café con un economista y ojea el superávit y la inflación en tres o cuatro planillas febriles. Una tercera redactora, veinte cuadras al Sur, en la Reserva Ecológica, intenta que una actriz sonría mientras posa en bikini para un reportaje de la revista dominical.
A las cinco, hay cienredactores tecleando silenciosamente las historias de este día. Sus editores diseñan las páginas y discuten los centímetros sobre el papel de pauta. Se lamentan porque nada entra, todo se pierde y porque hay que tomar decisiones dolorosas. Se edita con lo que se publica y también con lo que se desecha. El diario es como un monstruo gigantesco que se mueve y regurgita. Está tramando algo. Tramaatrapar al lector de la mañana siguiente. Trama tomarlo de las solapas y conducirlo por imágenes y textos, historias, pesadillas y sueños. Trama despertarlo con sus mejores galas y desayunarlo con sorpresas, con reflexiones, con informaciones asombrosas, con tristes realidades, con emociones violentas.
A las seis, hay un grupo de periodistas que se reúne a puertas cerradas. Son veinte, entre editoresy secretarios de redacción. La flor y nata. El secretario general, en el centro, les pide explicaciones. Cada uno va ofreciendo lo mejor que tiene. Es una competencia para tener un lugar en la tapa. Sus voces son formales y nerviosas, llegó el momento de la verdad. Una nueva vacuna contra el sida, una final de tenis, una suba en los precios de la soja, una frase destellante de un político, unespectáculo teatral que viene de afuera, un terremoto lejano, una revuelta política. Al final de la ronda se apagan las luces de la sala de blanco, el editor fotográfico enciende el proyector y los periodistas enmudecen para ver las cincuenta imágenes de la jornada. Esos veinte hombres y mujeres, entrenados en cientos de batallas y con las cicatrices que la profesión imprime invariablemente en el...
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