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Massot / Monteverde & Asoc.

Indice
Crónicas políticas pág. 1
Compacto y destacado pág. 4
Elementos sobresalientes pág. 8
Novedades pág. 16
Qué se puede esperar pág. 22

18/5/04

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El análisis político y económico de los doctores Vicente Massot y Agustín Monteverde

Las certezas y la gestión
Un año atrás, cuando un exultante Néstor Kirchner recibía de su antecesor y entoncesprincipal aliado político, Eduardo Duhalde, la banda y el bastón presidenciales, pocos hubieran
imaginado hasta que punto las dificultades nacidas de un país en crisis casi terminal iban a
atemperarse en virtud del fenomenal viento de cola que impulsaba a la economía. Dos meses atrás,
acostumbrados a esa suerte de bonanza que acompañó desde mayo del 2003 a la actual
administración, nadie podía entreverque, al cumplirse los primeros 365 días de gobierno, aquellas
dificultades —soterradas pero nunca desaparecidas— iban a asomar su cabeza de tal manera. Porque lo
cierto es que, sin exageraciones de ninguna índole, los problemas que debe enfrentar Kirchner son
cada día más evidentes y no hay prensa adicta que pueda disimularlos. Pasada la extensa luna de miel
de la cual tanto se aprovechó, hasonado la hora de la gestión.
Algo de esto pareció recordarle Duhalde al presidente —cierto es que de manera indirecta— en
el reportaje que el pasado día sábado le concedió al matutino Página 12 . El político bonaerense se
permitió recomendarle al santacruceño que no perdiese su tiempo en confrontar, lo cual en buen
romance era como pedirle que se dedicase a gobernar. No lo manifestó de una manerabrutal ni
descomedida, pero en realidad Duhalde advierte con preocupación que las cuestiones estratégicas son
dejadas por el presidente para más adelante y, mientras tanto, el gobierno sigue abriendo frentes a
diestra y siniestra. Sus palabras textuales —que motivaron la réplica inmediata de Alberto Fernández—
fueron estas: “Creo que Kirchner se está inmolando. Todo el día va al choque con una cosa,va al

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choque con la otra. Y para mi no puede dedicar mucho tiempo a la política, porque una cosa es decir
lo que quiere hacer pero después faltan actos administrativos”.
En realidad, no faltan. Más bien, abundan; sólo que la orientación que llevan está en
consonancia con la composición de lugar que hace el presidente respecto de sus fortalezas y
debilidades al cabo del primer año alfrente del país. Néstor Kirchner parece convencido, y sólo el
curso ulterior de los acontecimientos dirá si está o no en lo cierto, que 1) la crisis de los partidos
políticos en la Argentina —incluido, claro es, el justicialismo— no tiene solución fuera de la
transversalidad que él se siente llamado a vertebrar y a convertir en el futuro soporte de su poder; 2)
que la crisis en punto a la generaciónde electricidad y provisión de gas es de naturaleza coyuntural,
de modo que es necesario capear el temporal este año cuidando de no pagar el costo de la misma; 3)
que el viento de cola de la economía internacional, principal impulsor de la reactivación en la
Argentina, forma parte de un ciclo duradero y 4) que la oposición es tan débil y delata tanta
inoperancia, que se esteriliza sola.
A partirde estas cuatro certezas se entienden las decisiones del presidente respecto del
peronismo, de la crisis energética, de la aparición en escena de Juan Carlos Blumberg y de la
negociación con los acreedores externos, entre otras cuestiones. Vayamos, pues, por partes. Primero
entremos a su disputa con el aparato del PJ. Si Kirchner creyese lo que cualquiera de sus predecesores
de origen peronista enla Casa Rosada, el rumbo que escogió sería virtualmente suicida. Pero si lo que
piensa está en las antípodas de aquellos y supone que las estructuras que sostienen a Eduardo
Duhalde, José Manuel De la Sota, Carlos Reutemann y al mismísimo Carlos Menem están apolilladas,
el sentido de su derrotero tiene lógica. Ello explica, también, su relación con Duhalde, a quien no
piensa enfrentar de manera...