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ALGUNAS REALIDADES DE LA VIDA EN CORINTO
A MEDIADOS DEL SIGLO PRIMERO
Ph.D. Irene Foulkes
Profesora emérita de la Universidad Bíblica Latinoamericana, en San José – Costa Rica y autora del comentario exegético-pastoral a Primera Corintios

Realidades culturales: El código de honor; el patronazgo.
En la sociedad greco-romana se destacan dos normas culturales que tenían mucho impacto en lavida de todas las personas como también en la sociedad como un todo: por un lado, el concepto del honor personal y la necesidad imperiosa de defenderlo y aumentarlo, y por otro, el sistema del patronazgo y el alto grado de control social y político que ejercía.
El código de honor:
El valor social más importante para los varones fue su honor personal, es decir, el rango que ostentaban ante lasociedad y el respeto a este rango que debían recibir de pares y subalternos por igual. Aunque en parte derivado de su clase social, el grado de honor que tenía un hombre dependía también de sus propias acciones. El hombre honorable tenía que demostrar su capacidad para gobernar a otros, comenzando con las personas de su propia casa: su esposa, sus hijas (hasta su casamiento), sus hijos varones (aun enedad adulta), sus esclavos y esclavas. Fue imprescindible que todo varón demostrara su hombría frente a cualquier rival que desafiara su estatus social o sus capacidades personales y esto se traducía en una constante lucha por defender sus méritos e incrementar su prestigio ante conocidos y ajenos.
Para los hombres de la clase alta no se trataba simplemente de ostentar su riqueza. Se esmerabanen hacer gala de su grandeza de carácter ante el gran público por medio de actos de beneficencia hacia la ciudad, usando sus propios bienes para construir monumentos y obras públicas como teatros, templos y edificios gubernamentales. Además patrocinaban eventos cívico-religiosos y deportistas. De estos actos de filantropía cosechaban reconocimientos y honores públicos.
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La honorabilidad delas mujeres estaba estrechamente ligada a su sexualidad; por tanto el paterfamilias y los hijos varones guardaban celosamente el honor de las mujeres de su casa. La actitud apropiada de ellas, su sentido de vergüenza, debía regir toda su conducta. Las jóvenes estaban obligadas a guardarse vírgenes hasta su matrimonio y las casadas a mantener absoluta fidelidad al esposo. Solo “una sinvergüenza”burlaría estas normas, pues sus actos traerían gran deshonra a todos los varones de la familia por haber faltado a su deber de controlar su conducta. La buena reputación de una mujer era siempre precaria y esto provocó a la sociedad a limitar el movimiento de las mujeres y su participación en actividades más allá de su propia casa. Dentro del gran estrato pobre de la población, sin embargo, lareclusión de las mujeres fue un lujo fuera de su alcance, no solamente porque sus viviendas eran sumamente estrechas sino principalmente porque las mujeres al igual que los hombres tenían que ocuparse en alguna actividad que ayudara a la sobrevivencia de la familia.
Nos preguntamos si las restricciones impuestas a las mujeres de clase alta comprometían la respuesta que ellas podían dar a la abundanteoferta de nuevas creencias y prácticas religiosas en esa época, o si al contrario estos límites provocarían a algunas mujeres a buscar en la religión un espacio intermedio entre el encierro en la casa y la participación en la vida pública, prohibida a ellas. Por otro lado, el gran poder que tenía el qué dirán para amenazar el honor de hombres o mujeres, podía impulsar a los promotores de nuevasprácticas religiosas a insistir ante el público que sus actividades respaldaban las normas vigentes.
En el caso de los varones, si una nueva secta religiosa celebraba reuniones dentro de casas particulares y con plena participación de mujeres, algunos hombres podían descartar la posibilidad de asistir a tales reuniones por discernir ahí una amenaza latente para su propia imagen de virilidad. Si la...