abogada
La exacta geografía de los hechos que voy areferir importa muy poco. Además, ¿qué precisión guardan en Buenos Aires los nombres de Amristsar o de Udh? Básteme, pues, decir que en aquellos años hubo disturbios en una ciudad musulmana y que elgobierno central envió a un hombre fuerte para imponer el orden. Ese hombre era escocés, de un ilustre clan de guerreros, y en la sangre llevaba la tradición de violencia. Una sola vez lo vieron mis ojos,pero no olvidaré el cabello muy negro, los pómulos salientes, la ávida nariz y la boca, los anchos hombros, la fuerte osatura de viking. David Alexander Glencairn se llamará esta noche en mi historia;los dos nombres conviene, porque fueron de reyes que gobernaron con un cetro de hierro. David Alexander Glencairn (me tendré que habituar a llamarlos alí) era, lo sospecho, un hombre temido; el meroanuncio de su advenimiento bastó para apaciguar la ciudad. Ello no impidió que decretara diversas medidas enérgicas. Unos años pasaron. La ciudad y el distrito estaban en paz: sikhs y musulmanes habíandepuesto las antiguas discordias y de pronto Glencairn desapareció. Naturalmente, no faltaron rumores de que lo habían secuestrado o matado.
Estas cosas las supe por mi jefe, porque la...
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