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VIRTUDES La responsabilidad y el profesionalismo no son parte de una cátedra universitaria ni tampoco inherente a un título
Más allá de losconocimientos, capacidades y experiencias que deben acompañar el desempeño de una función directiva, dirigir con equidad exige la disposición de valores o virtudes.
A partir de aquí, aparecenen el planteamiento dos virtudes principales, la responsabilidad y el profesionalismo.
Para que exista verdadera responsabilidad ha de darse una real autonomía al sujeto. No esresponsable quien se limita a cumplir los términos formales de su papel.
La actitud de responsabilidad es inherente al propósito de mejora de la situación existente, el ir más allá de lamera forma. Así, el directivo de personal debe investigar la razón de los incumplimientos, dar nuevas oportunidades, proponer la modificación de la regla o darle una interpretación másacorde con las circunstancias.
La excesiva autonomía puede llevar a todo el equipo a cometer toda serie de atropellos y a confundir la propia voluntad con la regla, consecuencias quecaerán directamente sobre el directivo.
La responsabilidad supone la autoridad o, mejor dicho, el ejercicio de la responsabilidad confiere autoridad al sujeto.
Debe entenderse laprofesionalidad del directivo en un sentido distinto al enfoque tradicional de la profesión.
No es un cuerpo de conocimientos reconocido por medio de un título, sino un acervo decompetencias, que incluyen el saber, el hacer, el actuar, el aprender y el enseñar, que la empresa requiere para realizar su proyecto.
El directo adquiere su verdadera profesionalidad en elentorno organizativo, en el contacto diario con el personal, en el cumplimiento de metas. En otros casos no será un verdadero directivo sino un técnico fácilmente sustituible.
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