anaconda

Páginas: 66 (16287 palabras) Publicado: 7 de enero de 2015
Anaconda
Horacio Quiroga


Primera parte: Anaconda *
* _ Especie de boa de color verde obscuro con puntos negros, acuática, terrícola, y arborícola, de la que se han visto ejemplares de más de diez metros. Se la encuentra en regiones tropicales de América Central y del Sur; vive en las cercanías de los ríos.

1
Eran las diez de la noche y hacía un calor sofocante. El tiempo cargadopesaba sobre la selva, sin un soplo de viento. El cielo de carbón se entreabría de vez en cuando en sordos relámpagos de un extremo a otro del horizonte; pero el chubasco silbante del sur estaba aún lejos.
Por un sendero de vacas en pleno espartillo blanco, avanzaba Lanceolada * ** , con la lentitud genérica de las víboras. Era una hermosísima yarará de un metro cincuenta, con los negros ángulos de suflanco bien cortados en sierra, escama por escama. Avanzaba tanteando la seguridad del terreno con la lengua, que en los ofidios reemplaza perfectamente a los dedos.
* _ Lachesis lanceolatus; es la yarará que más abunda en Misiones.
** _ Este y otros cuentos de Horacio Quiroga que se desarrollan en torno a animales podrían ser alegorías de la sociedad humana. De acuerdo a esto el uso demayúsculas para enfatizar algunos substantivos podría interpretarse como una alusión satírica a ciertos valores o preocupaciones de los hombres. ¿?
Iba de caza. Al llegar a un cruce de senderos se detuvo, se arrolló prolijamente sobre sí misma, se removió aún un momento acomodándose y después de bajar la cabeza al nivel de sus anillos, asentó la mandíbula inferior y esperó inmóvil.
Minuto tras minutoesperó cinco horas. Al cabo de este tiempo continuaba en igual inmovilidad. ¡Mala noche! Comenzaba a romper el día e iba a retirarse, cuando cambió de idea. Sobre el cielo lívido del este se recortaba una inmensa sombra.
–Quisiera pasar cerca de la Casa –se dijo la yarará–. Hace días que siento ruido, y es menester estar alerta...
Y marchó prudentemente hacia la sombra.
La casa a que hacíareferencia Lanceolada era un viejo edificio de tablas rodeado de corredores y todo blanqueado. En torno se levantaban dos o tres galpones. Desde tiempo inmemorial el edificio había estado deshabitado. Ahora se sentían ruidos insólitos, golpes de fierros, relinchos de caballo, conjunto de cosas en que trascendía a la legua la presencia del Hombre. Mal asunto...
Pero era preciso asegurarse, y Lanceoladalo hizo mucho más pronto de lo que hubiera querido.
Un inequívoco ruido de puerta abierta llegó a sus oídos. La víbora irguió la cabeza, y mientras notaba que una rubia claridad en el horizonte anunciaba la aurora, vio una angosta sombra, alta y robusta, que avanzaba hacia ella. Oyó también el ruido de las pisadas –el golpe seguro, pleno, enormemente distanciado que denunciaba también a la leguaal enemigo.
–¡El Hombre! –murmuró Lanceolada. Y rápida como el rayo se arrolló en guardia.
La sombra estuvo sobre ella. Un enorme pie cayó a su lado, y la yarará, con toda la violencia de un ataque al que jugaba la vida, lanzó la cabeza contra aquello y la recogió a la posición anterior.
El Hombre se detuvo: había creído sentir un golpe en las botas. Miró el yuyo a su rededor sin mover los piesde su lugar; pero nada vio en la obscuridad apenas rota por el vago día naciente, y siguió adelante.
Pero Lanceolada vio que la Casa comenzaba a vivir, esta vez real y efectivamente con la vida del Hombre. La yarará emprendió la retirada a su cubil llevando consigo la seguridad de que aquel acto nocturno no era sino el prólogo, del gran drama a desarrollarse en breve.

2
Al día siguiente, laprimera preocupación de Lanceolada fue el peligro que con la llegada del Hombre se cernía sobre la Familia entera. Hombre y Devastación son sinónimos desde tiempo inmemorial en el Pueblo entero de los Animales. Para las víboras en particular, el desastre se personificaba en dos horrores: el machete escudriñando, revolviendo el vientre mismo de la selva, y el fuego aniquilando el bosque en...
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