angelelli

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La violencia que azotó a la Argentina en la década del 70 no puede entenderse sin conocer la historia de un país que vivió desde principios del siglo XX una profunda división política. La aparición de la guerrilla y el triunfo de Fidel Castro en Cuba, movilizó a la juventud politizada a programar un plan de lucha para terminar con el gobierno de lasfuerzas armadas, que usurpó el gobierno democrático en 1930 y mantuvo el poder hasta la guerra con Gran Bretaña por la posesión de las Islas Malvinas en 1982, y las condujo a su fracaso militar y a su desaparición de la escena política.
En la década del 70 la Iglesia argentina no fue ajena a esta división, y el episcopado se quebró entre quienes defendieron el patriotismo de los militares y losque salieron a ayudar a los familiares de los desaparecidos.
También fueron víctimas de esta persecución, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos acusados de comunistas por los militares; algunos sufrieron la persecución, la tortura y también la muerte. Entre ellos el obispo de La Rioja, Enrique Angelelli.
 
"Quiero ser un servidor"
En 1968 fue nombrado obispo de La Rioja, una provincia pobrecuyos habitantes siguen viviendo en gran porcentaje del empleo público. Grupos de sacerdotes, religiosos y religiosas se acercaron para colaborar con él. Cuando llegó había seis comunidades religiosas en la capital; en su gestión logró que se asentaran otras dieciséis en los barrios y en el interior.
Angelelli tenía un decir claro. Sabía llegar a la gente. Era habitual su visita a los ranchospara tomar mate con la gente –una infusión muy popular en Argentina, Uruguay y Brasil-. Pero encontró dificultades dentro de las instituciones católicas, porque su dirigencia no entendía al obispo que privilegiaba el contacto con gente que tenía escasa vinculación con la Iglesia, entre ellos poetas, pintores y periodistas.
Su propuesta de iniciar cooperativas de campesinos, le valió la enemistad delos grandes latifundistas. Desde el gobierno se lo acusó de colaborar con la subversión porque "el fomento del cooperativismo es impulsado por comunistas".
El 3 de marzo de 1972 el párroco de Famatina, el jesuita Aguedo Pucheta, fue agredido junto a dos personas que lo acompañaban, por nueve individuos que les provocaron fractura de costillas, contusiones y hematomas. El hecho fue considerado unarepresalia de fuertes productores del lugar por la tarea del religioso en favor de los trabajadores rurales y pequeños productores de nueces.
En septiembre, los sacerdotes Antonio Gill y Enri Praolini fueron detenidos por su probable vinculación con el descubrimiento de explosivos y panfletos subversivos hallados por la policía en el paraje La Ramadita. Angelelli y trece sacerdotes sepresentaron ante el Superior Tribunal de Justicia para ofrecerse como detenidos, en solidaridad con los sacerdotes presos.
Por ese entonces la detención de sacerdotes era ya una práctica común. En 1973 Angelelli relataba: "Dos monjitas, después de estar dos años en La Rioja, se van a vivir a Los Cardonales, en un rancho con lona, donde tienen una piecita para dormir, una letrina lejos -como todos- y unpico de agua común. Y estas dos monjitas, que son profesoras, trabajan de sirvientas para hacerse carne con aquel que más sufre, para ayudar a estas mujeres que son despreciadas y usadas, para que la sociedad las ponga en el lugar que les corresponde. Entonces las monjitas ayudaron a formar el sindicato de empleadas domésticas y son 150, incluidas las monjitas, por supuesto".
En tanto, en Anillaco,tierra de los Menem -Carlos Saúl era gobernador, y luego fue presidente de Argentina durante diez años-, al ausentarse el párroco Virgilio Ferreyra, para operarse en Córdoba, Angelelli nombró al capuchino Antonio Puigjané y al padre Jorge Danielani. No pasaron muchos días para que fueran tildados de comunistas y marxistas.
El 13 de junio, festividad de San Antonio, el párroco había regresado y...