Artémides Zatti

Un camino hacia la santidad

La Santa Iglesia, “Madre y Maestra”, nos enseña el camino que debemos recorrer para alcanzar la vida eterna. Su fin es esencialmente religioso. Así el Concilio Vaticano II nos recuerda que “la misión propia que Cristo confió a su Iglesia no es de orden político, económico o social. El fin que le asignó es de orden religioso”.
Su misión en este peregrinar hacia Dioses religar a las creaturas con su Creador. Para eso se vale de innumerables instrumentos que nos ayudan a permanecer fieles en el camino de salvación. Su campo específico de acción es lo que hace directamente a la Fe y la Moral.
Pero cabe preguntarse ¿cómo los hombres alcanzarán su destino eterno sino respetan el designio providencial de Dios durante su paso por este “valle de lágrimas”?
Ladoctrina cristiana siempre ha afirmado que hay una íntima relación entre el orden natural y el sobrenatural. De ahí que “la gracia supone la naturaleza; no la destruye, sino que la sobreeleva”. Por lo tanto, las prácticas de las virtudes teologales implican asimismo la práctica de las virtudes morales infusas. Y es en este campo, en el de las virtudes, donde a través de los grandes arquetipos laIglesia nos invita a su imitación.
El Padre Alfredo Sáenz nos alumbra sobre el significado de la palabra arquetipo, “…cuyo origen se remonta a la tradición cultural del mundo griego. Typos primitivamente, significaba golpe, ruido hecho al golpear, marca dejada como consecuencia de un golpe. Arjé agrega el sentido de principalidad, originalidad. Por tanto: golpe o marca original. El arquetipo es asíuna suerte de modelo original que impacta al hombre y lo atrae por su ejemplaridad, un primer molde –inmóvil y permanente-, una forma o idea concretada en una persona, que tiende a marcar al individuo, instándolo a su imitación”
Un arquetipo es un modelo hecho en el molde de Cristo. Fiel imitador de sus enseñanzas. En cada uno de ellos se nos revela algún aspecto característico del mismo Cristo.Para contemplarlo e imitarlo es que la Iglesia nos lo presenta.
El beato Juan Pablo II a dado claras señales acerca de la necesidad imperiosa de presentar al mundo moderno a estos “cristos”, para que despertando la admiración por ellos, se acreciente en nosotros el deseo de imitarlos.
Muchos han sido los Venerables, Siervos, Beatos y Santos que han sido proclamados por el Santo Padre a lolargo de su pontificado, gran cantidad de ellos han vivido en épocas recientes, lo que demuestra que a pesar de todos los signos actuales que hacen cada vez más difícil y más lejano el ideal de santidad, resuene con más fuerza el mandato del mismo Señor “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.
Así lo entendió Don Zatti, con la sabiduría que brota de saber que:
“La ciencia másacabada
es que el hombre en gracia acabe.
Que al final de la jornada,
aquel que se salva, sabe;
y el que no, no sabe nada”.
Artémides Zatti nació en Boretto (Italia) en 1880, en el seno de una familia piadosa que supo, una vez nacido, engendrarlo y criarlo espiritualmente, dándole esa impronta que solo se transmite en su propia interioridad y para lo cual necesita de la intensidad de los lazosafectivos.
Llegó a la Argentina a principios de 1897 y a los pocos días de su arribo, partió junto a toda su familia hacia la ciudad de Bahía Blanca, al sur de la Prov. de Buenos Aires. Allí los esperaba su tío Juan quien ya se encontraba radicado en esta ciudad, trabajando como capataz de un equipo de obreros municipales.
El ambiente no era del todo favorable
Esta ciudad fundada en 1828 era laúltima de una cadena de fortines que debía defender el territorio de la provincia de Buenos Aires de las incursiones de los indios. Estaba también llamada a ser una avanzada en la conquista material y sobre todo espiritual, de toda la región patagónica que por esos tiempos aparecía como un extenso territorio a integrar al resto del país.
Su población era hacia finales del siglo XIX de...