Bahia De Las Aguilas

Bahía de Las Águilas
Odisea en el caribe para alcanzar una joya indomable

Distinguir a una paradisíaca playa caribeña de otra, diferenciarlas entre una sucesión interminable de postales perfectas que colman sus descripciones, obliga a un ejercicio preliminar. Antes de llegar a los finos granos de arena blanca y las aguas cristalinas, hay que transitar por el tobogán de experiencias quedefinen al destino, características que trascienden un lugar específico y sin embargo, lo completan.
Es bajo este cristal que uno puede realmente vislumbrar el encanto de Bahía de Las Águilas, un pequeño tesoro ubicado en el postergado sur oeste de República Dominicana, a unos 20 kilómetros de la frontera con Haití, conocido y visitado hasta hace poco, sólo por lugareños y ocasionales turistasnacionales.
Su atractivo natural y agreste lo han convertido en el principal producto del incipiente desarrollo turístico de Pedernales, una de las provincias más pobres del país que aspira alcanzar el desarrollo logrado por Samaná al norte de la isla, o La Altagracia con Punta Cana, al este.
Por el momento no hay decenas de resorts invadiendo sus costas, el paisaje permanece casi incorrupto y llegarhasta allí es una aventura de inmersión a la genuina dominicana, su gente e incluso, su historia. Sin embargo, los ojos de capitales extranjeros ya están puestos en el lugar y es cuestión de tiempo para que este pedacito escondido de paraíso, se convierta en otra playa más para sumar al catálogo de sueños en serie.
El Trayecto
No hay vuelos y ni siquiera grandes compañías de buses que conduzcandirectamente a la ciudad de Pedernales, paso obligado antes de llegar a Bahía de Las Águilas.
Para recorrer los 335 kilómetros que la separan de Santo Domingo, tal como lo hace cualquier dominicano, hay que dirigirse a la denominada “parada del sur” de la capital, en la avenida Juan Pablo Duarte esquina 27 de Febrero. Desde allí todos los días salen guaguas (nombre que reciben las micros en casitodo el caribe) con dirección a Barahona, primera escala en este largo viaje que dura alrededor de siete horas… si es que anda con suerte. Una vez pagados los $350 que cuesta el pasaje (alrededor de 5.300 pesos chilenos), comienza un verdadero espectáculo de idiosincrasia local.
“Hay lugar para todos”, vocifera el asistente del chofer, mientras cuelga de la guagua y los pasajeros se matan de larisa. Es que acaba de transformar en contorsionista y subir a un vehículo diseñado para 22 personas, al pasajero número 43. “Nunca le crea a un político, ni a un cobrador”, remata entre carcajadas de su improvisado público.
Si tiene la fortuna de ir sentado y que además el minibús cuente con aire acondicionado (no olvidemos las altas temperaturas de estas latitudes), el viaje seguramente estarámusicalizado por una seguidilla de bachatas, reggaetones y “merengues callejeros”, ritmos que en dominicana se escucha en todo momento, en todo lugar y a todo volumen.
La falta de espacio, el largo trayecto y la cordialidad local propician largas charlas entre los viajeros, lo que sin duda hace más llevadero e interesante el recorrido que transita por angostas carreteras y atraviesa paisajesinteriores llenos de verdes montes y pequeños poblados, hasta llegar a Barahona.
Tras cuatro o cinco horas de viaje y con sólo 135 kilómetros por delante, comienza una estrecha sección de la ruta 44 que bordea la costa en un espectáculo panorámico deslumbrante, pasando por pequeños balnearios como San Rafael, El Quemadito, Los Patos o Enriquillo, lugares frecuentados casi únicamente por dominicanos.
Aesta altura del viaje ya no se ve gente de piel blanca y mientras más avanzamos, se hacen frecuentes los camiones de la ONU y controles militares, señal inequívoca de que nos acercamos al centro de la isla, el caribe más desposeído y menos glamoroso: la frontera con Haití.
“Campamento” base
Pedernales no alcanza a sumar 14 mil habitantes. Fue nombrada como capital de la provincia limítrofe que...