Buenos Días Santa Fe
El 25 deenero marcó el fin de una etapa extraordinaria en mi vida: Buenos Días Santa Fe, el programa que me cobijó cuando salí de las cobijas durante más de cinco años, termina. No más gatitos, no másGallecker, no más jajejijojueves. No más excusas por llegar tarde mañana con mañana; no más pedir disculpas a los programas siguientes de Ibero 90.9 por salir del aire pasadas las 10 am.
Me han preguntadoque cómo estoy. Evidentemente, la respuesta es “devastada”. BDSF fue mi casa, mi prioridad, mi terapia, mi dolor de cabeza en noches de fiesta entre semana. Mis compañeros de programa son mishermanos, mis relaciones más estables. Matrimonio laboral que deriva en amistad incondicional y permanente. Ellos fueron mi inspiración, el empuje que me hizo ver que podía ser creativa y que mi particularhumor era compartido y apreciado. Me enseñaron todo, todo sobre el mundo actual y todo lo que sé sobre mí. Me definieron. Me ayudaron a construir la persona que soy hoy.
Lo que me tiene sumamentetranquila, dentro de toda la tristeza, es que nos vamos bien. Nos despedimos siendo grandes amigos; nuestros radioescuchas quedarán, esperamos, satisfechos porque no dejamos que el proyecto decayera.Eso, sentimos, era fundamental; muchas veces, cuando has hecho algo durante muchos años, tiendes a repetirte, a cansarte. No queríamos cansarnos de nuestro programa de radio. No queríamos cansarnos denosotros mismos. Y siento, reitero, que lo hicimos bien… pero justo a tiempo.
Para quienes se lo preguntan, nadie tuvo la culpa. A los mexicanos nos encantan los chivos expiatorios, nos...
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