Cadenas

Cadenas de furia
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Ya vamos casi 100 años de sangre y sufrimiento, no puedo concebir aún la necesidad y sed de poder de esos asquerosos monarcas, duques y aristócratas, que fue debido a sus impuros deseos de codicia que estamos en este sufrimiento. Pero al final, ¿qué importa la gente que tuvieron que dar sus vidas? Seguramente los líderes ingleses y normandos jamás se detuvieron apensarlo, regaron por toda Francia e incluso Inglaterra, mujeres enviudadas e hijos que crecerán sin padre, en fin, es nuestra lucha por la libertad ¿No es así?
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Avanzamos con algo de silencio, temor y lentitud, no somos los más apropiados para esta batalla. Hace poco hablaba con un hombre que me contaba acerca de sus cultivos, ganado y la vida tranquila que llevaba en una pequeña granjapor Vaucouleurs. El murió a mi lado en una escaramuza. No era un hombre de batalla, era un sencillo hombre de paz que solo quería pasar el restos de sus días con su familia. Así somos la mayoría. Por mi lado tuve suerte de crecer en una familia de herreros, así que tuve la oportunidad de cargar la espada y la armadura más de una vez. De vez en cuando mi padre me llevaba con algunos amigos a montara caballo. Todo eso me ayudó ahora a poder sobrevivir a esta ardua batalla.
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En un campamento nos asentamos para poder descansar un momento. Llevábamos alrededor de 3 días sin algo de comer, así que todos hicimos un festejo silencioso con pocas risas y conversábamos de los buenos momentos.
El silencio fue roto por uno de nuestros compañeros exclamando algunas malas palabras al aire yquejándose de algo. No era curioso, pero algo me decía que tenía que ir. Al acercarme vi a nuestro compañero decir unas palabras a nuestro capitán Baudricourt, quién solo apartó con una mano. No me sorprendió del todo, era común que hubiera una que otra pelea dentro de nuestros camaradas, fue algo muy distinto sin embargo que llamó mi atención. Una doncella. Más bien una campesina, portaba unvestido rojo desgastado y sucio, de cualquier forma, llevaba mucho tiempo sin ver a una mujer. Pero ella era diferente.
Página 4Era muy pequeña, ¿1.50 quizás? No estoy seguro, pero sé que era mucho más pequeña que el más bajo de nuestros hombres. Sin embargo, irradiaba tal seguridad, autoridad e imponencia que éramos nosotros que debíamos alzar la vista para encontrarnos con su mirada. Ni en el másfiero de un guerrero he visto tal mirada y deseos de libertad.
Se presentó al pequeño pelotón, soy Jehanne de Domrémry, suplico a todos que se dirijan a mí como Juana la Doncella. Juana de arco en forma oficial, interrumpió brevemente Baudricourt. Sé que para sus ojos no soy más que una simple mujer de campo, pero he venido, por la voluntad de nuestro señor misericordioso, a reclamar la ciudadde Orleans, coronar al Delfín como es su derecho y a liberar a Francia del yugo inglés.
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Hubo un silencio abismal, no estaba seguro si lo que menciono era producto de una broma de mal gusto por parte de nuestro capitán, o alguna loca que está intentando escoltar a alguna iglesia para ser exorcizada. En un momento estuve a punto de alzar la voz para reclamar que esto debía ser claramenteun chiste, pero otro se me adelanto. ¿Es verdad que nuestro Dios te ha llamado, es verdad que a ti te ha encomendado una tarea tan enorme como liberar a nuestra patria?
Juana lo miró otra vez con esos ojos penetrantes, y segura contesto. Hermano, puedes creerme cuando te digo que soy la intermediaria para llevar a nuestra amada nación de las heridas inglesas. Ese hombre, puso una rodilla en elsuelo y exclamó: ¡Te daré mi escudo y espada, guíanos a donde tengas que guiarnos, oh Juana la Doncella!
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El eco de mis compañeros se escuchó hasta los cielos, y como si el mismo Dios hubiera caminado entre nosotros, así lo hizo Juana de Arco. Parece ser que soy el único que ve esto como una locura, ¿será que la locura y la desesperación ya tomaron partido en este pobre campamento de...