CAPÍTULO VIII IX X viento fuerte

CAPÍTULO VIII
Mead regresa de viaje y trae regalos para los amigos, traía uno muy caro para el viejo Lucero, era una preciosa pistola. Pero todos ansiaban saber que había solucionado la venta de banano. Una noche el esposo (Mead) de Leland le decía que estaba desilusionado, porque dice “hemos perdido el mundo; los norteamericanos hemos perdido el mundo, ella lo apaga con un largo beso en laboca, hasta hundirle la cabeza en el almohadón. Hablan acerca de los únicos que se salvan son los que cierran los ojos y lo dejan todo, al final se abrazaron para reconfortarse.
Los vecinos quienes eran sus socios, estaban intrigados con la venta del banano, mientras comí un sedoso banano les responde, si están dispuestos a luchar, y obedecer ciegamente, porque están en lucha con el Papa Verde (es unseñor de poder, solo mueve un dedo o camina y todo se detiene, muy influente y sobre todo fuerte). Pero él insiste en que tienen que luchar, por ello le dice Juan Sóstenes (pesimista) quería regresar a su pueblo, en ese lugar solo dificultades han encontrado. Mead le dice que deben usar la cabeza, porque lo único de lo que carecen es de medios para subsistir, porque no es una lucha económica, loque harán es vender la fruta en otro lado, ofrecerlo a los mercados de poblaciones cercanas, llevarlo en un camión que él traía. Bastiancito comenta con una pipa en la mano: de que al principio les pagaron muy bien los racimos y se acostumbraron a ello, que gastaron el dinero a manos llenas en cosas inservibles. Todos se emocionaron con la solución, pero Mead les dice algo que los desconcierta denuevo, la falta labrada; les recuerda el derroche de dinero, que han perdido los estribos, por ejemplo con José Luis Marzul que por unas píldoras de quinina viola chiquillas de pocos años, que los gerentes andan con las mejores visitantes, con reuniones de Whisky con soda, se enojaron porque los estaba sermoneando.
Mead reconoce que el pueblo está lleno de deudas, Don Adelaido Lucero, tenía elpensamiento de que él que viene atrás que arree y de que cada quién saque su bacín, porque Doña Roselia se lo reclama, que no pensó en un futuro, que las deudas es una nueva religión de trabajo y ahorro para no dejarse joder del rico, tenía un pensamiento negativo hacia la propuesta de Lester.

CAPÍTULO IX
Un día en la mañana, apareció la competencia los Fueté, nietos de un francés, quienesofrecían fruta barata en un camión amarillo, Mead y Lucero (su ayudante) salen a buscar mejores precios en los productos, les agarra la noche, se toman un momento de tomar un poco de arroz con leche, se duermen en el camión, se deciden continuar con el camino, solo se veían las luces de la ciudad y la silueta de las personas. Se decidieron vender el banano y en ese momento colocar un rótulo para tomarcarga, lo contrata un siriolibanés para llevar mercadería (quien era un contrabandista, porque entraba mercadería sin pagar impuesto), como era rubio, de ojos claros y su condición de gringo, hizo que se garantizara su carga, porque desconfiaba de los del país (eran unos ladrones), Lester ignoraba que era contrabando, aunque los Fuente cubrían varios lugares pero les fallaron, así que Mead se decidecubrirlos. Cuando se colocaron en un puesto en el mercado, se dieron cuenta que no se acercaba ningún comparador, una mujer les preguntó y les comentó que ayer y anteayer habían regalado la fruta. Se encuentra a una hermana de la Caridad y le regala la fruta de parte de la firma Mead-Lucero-Cojubul-Ayuc-Gaitán y Compañía. Ella se alegra porque de ese lugar solo le mandan enfermos, pero no solo deellos reciben fruta sino de las grandes plantaciones. Se asombra de ver desfilar una procesión de cadáveres vivos, enfermos que se las arreglaban para sobrevivir. Se acercan a un lugar a comprar llantas y el vendedor luego de la insistencia se las deja más baratas, Lucero le dice que son cientos de llantas que tiran al pozo para que se pudran y sirven todavía.
Un día deciden irse de día de...