Caracolitos

El jardín de los cuentos El "yo" y el "tú"

 

 
El amante llamó a la puerta de su amada.
 
-¿Quién es?, preguntó ella desde el interior.
 
-Soy yo, dijo el enamorado.
 
-Entonces, márchate, en esta casa no cabemos tú y yo.
 
El joven se fue al desierto, donde meditó largo tiempo sobre las palabras de su amada. Por fin regresó y volvió a llamar a la puerta.
 
-¿Quién es?,preguntó la amada.
 
-Soy tú, replicó él. E inmediatamente, la puerta se abrió.
 

 


 
Reflexiones de papá

 

 
Relataba aquel hombre, joven todavía:
 

 
"Quise darle a mis hijos lo que yo nunca tuve. Entonces, comencé a trabajar catorce horas diarias. No había para mí sábados ni domingos; consideraba que tomar vacaciones era locura o sacrilegio. Trabajaba día y noche. Miúnico fin era el dinero, y no me paraba en nada para conseguirlo".
 
Alguien lo interrumpió:
 
-Y ¿lo conseguiste?
 
-Claro que sí, contestó el hombre, yo nunca tuve un padre agobiado, hosco, siempre de mal humor, preocupado, lleno de angustias y ansiedades, sin tiempo para jugar conmigo y entenderme. Ese es el padre que yo les di a mis hijos. Ahora ellos tienen lo que yo nunca tuve.
 
De:Érase una vez
 


 
Manos que oran

 

 
Durante el siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nuremberg, vivía una familia con 10 niños.
 

 
Para poder poner pan en la mesa, el padre trabajaba casi 18 horas diarias en las minas de oro, y en cualquier otra cosa que se presentara. A pesar de ello, dos de sus hijos tenían talento para el arte y querían ir a la Academia, pero sabíanque era sólo un sueño, pues su padre jamás podría enviar a ninguno de ellos a estudiar.
 
Después de muchas noches de conversaciones llegaron a un acuerdo. Lanzarían al aire una moneda, el perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios al que ganara, y al terminar sus estudios el ganador pagaría los estudios al que quedara en casa. Lanzaron al aire la moneda, Albretch Durer ganó y se fuea estudiar a Nuremberg.
 
Albert (el otro hermano) comenzó entonces el peligroso trabajo en las minas, donde permaneció durante cuatro años para sufragar los estudios de Albretch.
 
Los grabados de Albretch, sus tallados y sus óleos llegaron a ser muy apreciados y para el momento de su graduación, ya había comenzado a ganar considerables sumas con las ventas de su arte.
 
Cuando el jovenartista regresó a su aldea, la familia Durer se reunió y Albretch, de pie, propuso un brindis: "Y ahora, Albert hermano mío, es tu turno. Ahora puedes ir tú a Nuremberg a perseguir tus sueños, que yo me haré cargo de ti".
 
Todos los ojos se volvieron llenos de expectativa hacia Albert, quien simplemente dijo: "No, hermano, no puedo ir a Nuremberg. Es muy tarde para mí. Mira lo que las minas hanhecho a mis manos. Cada hueso se ha roto al menos una vez, y últimamente la artritis ha avanzado tanto que hasta me costó trabajo levantar la copa durante tu brindis... No, hermano... para mí ya es tarde".
 
Más de 450 años han pasado desde ese día. Los grabados, óleos, acuarelas y tallas de Albretch Durer pueden ser vistos en museos de todo el mundo. Pero seguramente usted, como la mayoría delas personas, sólo recuerde uno. Y es que un día, para rendir homenaje al sacrificio de su hermano, Albretch Durer dibujó las manos maltratadas de su hermano, con las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo. Lo llamó simplemente "Manos", pero el mundo entero abrió de inmediato su corazón y le cambió el nombre a la obra por el de "Manos que oran".
 
La próxima vez que vea una copia de esacreación, mírela bien. Permita que sirva de recordatorio, si es que lo necesita, de que nadie, nunca, ¡triunfa solo!
 

La estrella de la esperanza

 

 
Existían millones de estrellas en el cielo.
 
Estrellas de todos los colores: blancas,
 
plateadas, verdes, doradas, rojas y azules.
 
Un día, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le dijeron:
 
-Señor Dios, nos gustaría vivir...