caras de la personalidad

Las nueve caras de la personalidad…
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Existe un modelo de personalidades tan antiguo casi, como la vida misma. Atribuido a los sufíes, el engrama muestra nueve formas diferentes de entender larealidad y relacionarse con ella. Me cuesta asumir que todas las personas quepan en una de esas nueve formas.
Y más me cuesta asumir que, cada vez más, en las empresas se esté utilizando este modelopara algo muy contrario al objetivo de para qué está hecho. Hablamos de gestionar la diferencia, de aceptar, valorar e incorporar a la diversidad como valor fundamental en la gestión de la empresa, yluego, seleccionamos a las personas de esa misma empresa, mediante juicios. Juicios de valor. Buscamos un tres para secretaria, un siete para comercial y un cinco para investigador.
Y así, sin más,eliminamos gran parte de la singularidad de los candidatos y gran parte de la singularidad de la empresa. Y emitimos un juicio para la función y un juicio para el candidato. Sobre todo, para elcandidato. Que será medido en función de los parámetros que definen a un cinco. O a un tres. O a un dos. Y en esa medición, perdemos a la persona.

El eneagrama no está hecho para las empresas en lamedida en la que se le quiere hacer valer. El eneagrama dibuja un camino de crecimiento personal, que cada persona, y sólo cada persona, debe valorar, entender, y emprender, si quiere emprenderlo. Y eslabor de toda una vida, a veces, identificar qué número, de los nueve que contempla el modelo, eres. Tan complicado es el modelo y tan complicados somos las personas y nuestras motivaciones. Es un modelode motivaciones. De últimas motivaciones.
Por eso, intentar catalogar a alguien en un número concreto es una labor tan bizarra como la que emprendió Don Quijote en su lucha contra los molinos deviento. Y es una labor en la que fracasaremos sin remisión. Porque perdemos la posibilidad de ver a la persona, única, individual, con su singularidad. Y porque perdemos su relación con la función, y...