Cartas sobre la Danza y los Ballets


Cartas sobre la Danza y los Ballets











Juan Jorge Noverre
CARTA I
En la primera carta podemos observar como Noverre compara a la Danza con la Pintura, afirma que “no deben ser otra cosa que una copia fiel de la bella naturaleza”. Atestigua también que “Un ballet es una cuadro, la escena es la tela, los movimientos mecánicos de los que figuran en él son los colores”. El artista tienemás obstáculos por vencer que en las otras artes: el pincel y los colores no están en sus manos, sus cuadros deben ser variados y no deben durar más de un instante.
Los ballets no han sido hasta el presente otra cosa que débiles esbozos de lo que podrán ser algún día. Este arte, completamente sometido al buen gusto y al genio, puede embellecerse y variarse al infinito.
Los programas de losballets que han sido representados en las diversas cortes europeas, hace un siglo más o menos, darían fundamento a la sospecha de que este arte, lejos de progresar, por el contrario habría perdido mucho.
El Ballet participa, junto con los mejores dramas, de la cualidad de interesar, conmover y cautivar al espectador por el encanto de la ilusión más perfecta, no se ha intuído que poseía el don de hablaral alma.
La mayoría de los compositores sacrifican las bellezas de la danza y abandonan las gracias ingenuas del sentimiento para ceñirse a la copia servil de cierto número de figuras repetidas ante el público desde hace un siglo de ópera antigua, al ser repuestos por un compositor moderno, tienen tan poca diferencia con los que habían sido montados cuando éstas operas eran nuevas, que se podríaimaginar que siempre son los mismos.
Sería necesario que los maestros de ballets consultasen los cuadros de los grandes pintores. Éste examen los acercaría, sin duda, a la naturaleza y entonces evitarían tanto como les fuera posible esa simetría en las figuras que, al repetir el tema, ofrece en la misma tela dos cuadros similares.
El abuso de las cosas mejores es siempre pernicioso. Nodesapruebo más que el empleo demasiado frecuente y demasiado repetido de esa clase de figuras.
La danza tiene que hablar con fuego, con energía y donde las figuras simétricas y acompasadas no pueden emplearse sin alterar la verdad, sin contrariar la verosimilitud, sin debilitar la acción y enfriar el interés. El arte del compositor no debe mostrarse más que para embellecer la naturaleza.
Noverreafirma que “un maestro de ballets sin inteligencia y sin gusto tratará maquinalmente este trozo de danza y le privará de su efecto, al no percibir su espíritu”.
Nada sería más verídico que diversificar las actitudes y poner más matices en la expresión: desde ese momento, la acción pantomímica de cada personaje dejaría de ser monótona.
La simetría, hija del arte, será siempre desterrada de ladanza en acción.
No se podrá complacer sino cuando se presenta a las obras con rapidez y dibujadas con tanto buen gusto como elegancia.

CARTA II
Noverre dice que no puede dejar de desaprobar a los maestros de ballets que tienen la ridícula testarudez de pretender que los figurantes, hombres y mujeres, se modelen exactamente sobre ellos, calcando sus movimientos, gestos y actitudes.
Es raroencontrar maestros que sientan, hay tan pocos que sean excelentes comediantes o que posean el arte de pintar los movimientos del alma por medio de los gestos. No podría dejar de censurar a los que buscan hacerse imitar por razón del buen concepto que tienen de sí mismos. Hacer copiar lo mediocre a los figurantes ¿no es inducirlos a error?
El maestro de ballets, debe repetir la ejecución de una escena deacción, hasta que los ejecutantes hayan descubierto ese momento de realidad.
He aquí una relación con la pintura, que pudimos observar en la carta anterior“El ballet bien compuesto es una pintura viviente de las pasiones, costumbres, usos, ceremonias y vestimenta de todos los pueblos de la tierra; en consecuencia, debe ser pantomima en todos los géneros y debe hablar al alma a través de los...