Cartas Viaje Y Amor

Vaya a saber en la época que me ubicaba durante todos esos acontecimientos, sólo tiene consiencia el tiempo que estuvo presente al costado mío. Porque ésta no es una historia normal, a veces dudo en decirles a compañeros que fue verídica y solo puedo demostrarla con una sola persona. Debo validar a través de ella.
En aquel entonces me encontraba encantado por una bella muchacha, unos cuatro añosmenor que yo. De cabeza a los pies me había cautivado. Le juré, entonces, mandarle una carta por día. Esto significaba mucho para mí, y creo que también para ella. Fue una meta que me propuse.
Un dieciocho de julio fue la primera. En la oscuridad, con una vela a mi costado, estaba escribiendo arduamente un poema hacia ella. En ese describía su belleza y cómo logró atraparme. Sobre una mesadesequilibrada por una pata más corta, intenté que fuera la perfecta, la primera. Las palabras florecían sobre el papiro, y todavía no había llegado la primavera.
Cuando ya fue hora, luego de corregir errores, la carta fue enviada en un sobre blancuzco con un sello celeste.
Pensaba e imaginaba cómo debía ser la otra poesía que relataría mañana, lamentablemente no hubo una mañana muy agradable.
II
Elsol estaba despegando del horizonte. Y yo no estaba en mi habitación, ni siquiera en mi cama. Me encontraba mojado, incómodo. Sentí que mi cuerpo caía en lo más profundo de un pozo, pero lentamente. Cuando me quise dar cuenta, estaba por debajo de un manto acuático. Todo a mi alrededor se estaba oscureciendo, signo que advertía mi cercanía hacia lo más profundo. Casi ahogandome sacudí mis brazos ypiernas, moviendo mi esqueleto para llegar a superfecie. A lo lejos, observé una mancha oscura que se mantenía inmóvil por encima del agua.
Llegué al destino, gracias a Dios. Pude haberme quedado inmóvil, mientras mis pulmónes llenaban su vacío con agua salada, pero logré lo imposible. Flotando, miré a mis alrededores. Estaba desesperado, asustado. ¿Qué explicación podría encontrar para estacircunstancia? Cuando inspiré y exhalé, logré calmarme.
Algo golpeó suavemente mi cabeza, cerca de la nuca. Dí un giro y me encontré con una monstruosidad pero no de las malas, sino de las buenas. Un gigantesco barco de madera.
¿De dónde salió?, me consulté.
Lo que realmente me golpeó fue una escalera, hecha a partir de soga y ramas una junto a otra. Gritaron desde arriba, donde se ubicaban dossombras. Al instante subí, mareado, por la misma que fue arrojada para mi salvación. Por cada peldaño que escalaba, y las ramas que crujían, cruzaba por mi mente el duro golpe que recibiría si resbalaba o destrozaba la escalera.
Brazos fueron los que me ayudaron a subir por completo. Me paré firme y temeroso ante la situación. Era extraño estar aliviado por el rescate y desconfiado por el número depersonas. No deseo mentirles, pero fue como volver al siglo dieciseis o diecisiete. Pude observar, aturdido, que estaban sucios y revestidos por prendas arruinadas. La mayoría tenía barba, completamente desalineada. En una elevación estaba el timón.
De repente, todos se alinearon, formando un camino que dirigía hacia una simple puerta. Y una mano me impulsó hacia adelante. Caminé con precaución. Enningún momento bajé la mirada, estaba listo para cualquier ataque sorpresivo.
Entré con rapidez y cerré de la misma manera. Pude calmarme cuando observé por el cerrojo que los tripulantes se habían dispersado. Respiré aliviado.
—¡Bienvenido! —Me exalté por el grito proveniente de mis espaldas—Nuevo tripulante, nueva historia —Dijo entre carcajadas.
Era un hombre cincuentañero, pero si estuviera unpoco más arreglado se le descontarían unos cinco años. Cabello enlazado, un mechón con otro; vestimenta sucia y un diente de plata resplandecía. Por detrás del pupitre dijo:
—Vamos, sacate la ropa —Al instante cubrí mi torso con los brazos—. No seas tímido.
Se acercaba, y el piso rechinaba, extendió su mano. Y cuando observé, fue como ver una palma recubierta de dos placas de polvo y las uñas...