Concesi N San Ram N San Jos

Desde que nuestro Gobierno anunció con bombos y platillos el contrato de concesión con la empresa brasileña OAS, se sabía que algo estaba mal. El nerviosismo que gobernaba los rostros de los principales culpables de ésta concesión daba a entender al pueblo costarricense que existía algo extraño. Los días fueron pasando y poco a poco la situación se fue saliendo del control de los altos jerarcasde éste país. La gota que derramó el vaso, como comúnmente decimos en nuestro país, fue la noticia impactante del cobro de peajes que haría ésta empresa brasileña una vez terminada la “gran obra de infraestructura” (sarcasmo). Una persona con automóvil que deseé ir de San Ramón a San José ida y vuelta tendría que pagar un total de cuatro mil colones, cuando en la actualidad esa cifra es si acasode unos trescientos colones, aproximadamente. En éste momento estalló todo, los ciudadanos de los pueblos de occidente, entiéndase Grecia, Sarchí, Naranjo, Palmares y San Ramón, y los costarricenses en general demostraron su inconformidad y su frustración mediante las redes sociales Twitter y Facebook.
Mientras esto sucedía, la persona con menos capacidad de expresión para con el pueblo vociferabapúblicamente que esos cuatro mil colones que los costarricenses pagarían de peaje “no alcanzan ni para un almuerzo”. Señor Ministro, no todos almorzamos en Fogo Brasil como lo hace usted, no todos devengamos el salario que devenga usted. Ésta concesión se había ganado, sin siquiera haberse puesto en marcha, el reproche de un pueblo harto de los actos de corrupción que se han dado últimamente enel Gobierno. La trocha fronteriza, la situación casi insostenible de la CCSS, las cartas de recomendación del vicepresidente de la República Luis Liberman y del Ministro de Educación Leonardo Garnier. Todas estas irregularidades, hasta el momento, han quedado impunes, con muchos señalamientos y muchas acusaciones que van de un lado a otro, pero sin ninguna acción en concreto, no se ha materializadouna sanción ejemplar para que el pueblo costarricense se reencuentre de nuevo con esa confianza que se le tenía al gobierno algunas décadas atrás.
Parece ser que el puesto de Ministro de Obras Públicas y Transportes es el idóneo para meterse en problemas. ¿Por qué? Dos carreteras, una un poco más importante que la otra. La trocha fronteriza, que según la Real Academia Española la palabra trochasignifica “camino abierto entre la maleza”, sirvió para que muchas personas se viesen inmiscuidas en numerosos cuestionamientos sobre el paradero de los dineros destinado a construir este “camino entre la maleza”. Ahora la carretera San Ramón-San José, vía por la cual transitan más de treinta mil vehículos por día. La famosa Ruta Uno la han dado en concesión, primero a Autopistas del Valle, unprimo cercano a la ya conocida (y poco aclamada) Autopistas del Sol. Luego la concesionaria brasileña OAS le hace un pago de treinta y tres millones de dólares a Autopistas del Valle, a manera de contraprestación por el derecho de concesión cedido por ésta última.
La empresa OAS, que curiosamente sus siglas son las iniciales del ex presidente Oscar Arias Sánchez, ha sido denunciada en varios paísesde América Latina por supuestos sobornos a empleados públicos, además de varias denuncias por daños al medio ambiente. Que no se nos olvide tampoco que el actual Ministro de Transportes, Pedro Castro, fue asesor de ésta empresa que se adjudicó el contrato de concesión. Al ser una empresa de dudosa procedencia, me parece que Costa Rica se expone a sufrir consecuencias innecesarias producto de éstaconcesión, que lo único que va a producir es dinero para muy pocos, y pérdidas para la mayoría.
Recordemos que lo único que ésta empresa va a realizar es el recarpeteo de la carretera, es decir, NO LA VAN A HACER NUEVA. No van a hacer puentes nuevos, solamente van a reparar los que ya existen. En Panamá se acaba de finalizar una carretera de características similares y su costo aproximado fue...