Cosas de la vida según Guillermo Fandanelli

“¿Por qué un alumno tiene la obligación de quedarse hasta el final de una clase si ya se ha hartado lo suficiente?”
Se nos imponen normas de comportamiento como si éstas fueran divinas. Yodescubro, aterrado, la escasa rebeldía que respira en nuestros días y la mansedumbre con que se aceptan imposiciones que afectan de muchas maneras el curso de la vida cotidiana. Desde quien acepta hacer unafila de dos horas en un banco hasta el que aun sufriéndolo no se queja del ruido infernal que produce esta ciudad a todas horas del día; desde quien compra productos de mala calidad porque es lo que el“mercado” le ofrece, hasta el que recibe las noticias más atroces con una tranquilidad de ganado adormecido: en todos nosotros es notoria la ausencia de crítica y rebeldía, como si aceptáramos quelas inclemencias que vivimos son leyes divinas, las cuales nos vemos obligados a atacar y a sufrir. Es una época antifilosófica y cobarde, como ha designado a la nuestra la filósofa catalana VictoriaCamps, donde se respira en general un ambiente de impotencia alarmante. En sentido contrario, un aburrido Baudelaire bostezaría si escuchara estas quejumbres y diría: “En todo cambio hay algo infame yagradable al mismo tiempo, algo que se asemeja al adulterio y al traslado de domicilio. Eso basta para explicar la Revolución Francesa”. Nada va a cambiar, añadirían los dandis contemporáneos, así querefúgiate en el arte, en el sexo, en los hermosos vicios y permite a la humanidad que continúe su camino lodoso y trágico, hazte a un lado y confórmate con la escasa felicidad individual que logresobtener, puesto que la felicidad social es un asunto de los idealistas y los brutos.
Digo adiós a estas divagaciones recordando un bello lugar común que, finalmente, tiene que ver con las palabras deAnscombe citadas en un principio: “Si Dios no existe entonces todo está permitido”.
Y una manera de interpretar esta idea es que si no hay leyes divinas ni (contra Kant) obligaciones morales a...