Cuento de Rugby

Una Nueva Batalla
Silencio profundo en la habitación. Lo único que se escucha es un silencio absoluto, hasta que se escucha la alarma del despertador. Abre los ojos y se levanta de un salto de la cama, se queda mirando el bolso durante unos minutos hasta que decide levantarse. Sobre la mesa de luz ya tiene todo preparado, la remera cosida de los cortes que sufrió a lo largo de cada batalla, lospantalones soportan la fuerza y el peso de ocho hombres y el casco, aquel casco que sufrió tantos golpes a cada minuto.
Metió todo a dentro del bolso y partió hacia la estación, espero y espero hasta que el tren al fin llego. Levanto el bolso del piso y camino por el andén hasta el coche color azul y gris que, pintado con letras blancas, decía claramente: Línea San Martin. El tren arranco de laestación San Miguel. Caminando por el tren, fijándose si había algún asiento vacío mientras los vagones del tren se tambaleaban de izquierda a derecha. Al encontrar el asiento dejo caer el bolso al piso, se sentó y miro por la ventana se notaba que hacía mucho frio, viendo como los árboles secos y sin hojas se movían por la brisa y ver las casas de los distintos barrios estación tras estación. Eltren ya había parado en la estación de Hurlingam.
Al bajar sintió esa fría brisa y esa humedad del domingo por la mañana y emprendió su viaje caminando a lo que sería una escena fría de golpes y compañeros saliendo en camilla del campo de donde iba a ser la lucha por conseguir la victoria. Luego de caminar cuadra por cuadra llego al estacionamiento de suelo empedrado mientras era saludado poruno de los empleados de ahí. Escuchando el sonido de las piedras rodando por el suelo por causa de sus pisadas, se dio cuenta que había sido el primero en llegar, no había llegado ni siquiera El Coronel.
Fue ahí cuando lo vio llegar a él pisando el empedrado con sus botas altas y sus pantalones verdes y saludándolo con una mirada seria le dijo.
—Rodríguez.
—B-Buen día Coronel – dijo con unavoz temblorosa
—Me extraña que hallas llegado tan temprano
—Pasa que madrugué, no me quería demorar
—Hoy va a ser una mañana dura, mejor que estés listo— dijo el Coronel levantando las cejas
Empezaron a llegar los demás y a medida que fueron llegando lo iban saludando a él y al Coronel. Fueron todos pagándole ya al coronel para después poder comer. Se fueron agrupando hasta que llego la hora yEl Coronel dijo:
—Todos excepto los que nombro ahora, se van a cambiar: Cuenca, Saavedra, Adrian, El Flaco, Raúl, Toto, Nahuel, Garay, Sosa, Pedro, Ale, Martínez, Ayereco, La Mole y Rodríguez. Los de más a cambiarse
— ¿Está seguro que quiere tenerlo a Rodríguez con sus ya experimentados compañeros? – dijo uno de sus ayudantes susurrándole al oído
—Sí, muy seguro. Sé que nos va a ser muy útilLos quince jugadores se dirigieron a las gradas con sus bolsos. Se sentaron y empezaron a debatir como se iba a presentar la situación del partido de sus compañeros. Viendo como sus compañeros precalentaban, se dio cuenta de que a Guido lo habían mandado a jugar con los otros, Guido es el que comúnmente juega en la posición de Rodríguez y realizo que él había tomado su puesto en el primer equipo,mientras tanto siguió hablando con sus amigos hasta que el árbitro llama a los dos equipos para que vallan a la cancha.
Quince de los veinte jugadores que estaban precalentando fuera de la cancha se juntaron para escuchar hablar al Coronel. Salen a la cancha ovacionados por todas las personas que habían ido a verlos y sus compañeros. El árbitro llama al capitán y Mariano se dirige a la mitad dela cancha para hacer el sorteo. El réferi toma un pedazo de césped y coloca sus manos detrás de su espalda y Mariano toma la pelota y se la da al pateador. En ese momento el Coronel les dice a todos que vallan a cambiarse. Tomaron sus bolsos y fueron en fila hasta el vestuario, El Flaco abrió la puerta y se metieron uno por uno.
Agarro su bolso y lo puso arriba de uno de los bancos, lo abrió y...