Cuento Familiar
El papá, todas las mañanas iba a su trabajo, pero claro, su oficinaquedaba cerquita y los chicos iban a la escuela que quedaba justito a la vuelta de la casa. La mamá se quedaba tranquila, sabiendo que no había nada que pudiera sucederles. Se las arreglaban bastantebien... Mejor dicho, se iban acostumbrando, porque había cosas que no podían hacer. Por ejemplo, cuando los chicos salían a dar una vuelta a la manzana con los patines, Pedro no podía ir y mirabatriste desde su casa.
Y claro... Marta, tampoco llegaba al gimnasio con su soga ni a los cumpleaños de sus amigas... Mucho menos a las caminatas que hacían las chicas por el parque. Eso sí... a la mamátambién le daba un poco de pena no poder ir a pasear con sus amigas y conocer otros lugares. Pero no se cansaba de repetir: "Con esta soga sí que estoy segura que nada podrá pasarles". Y ni hablar delpapá: a él le hubiera gustado ir a la cancha a gritar el gol de su equipo favorito. Pero, lógico... la soga no daba para tanto... Pasaron años comprando rollos y rollos de soga. La mamá cuidaba todoslos detalles. No les sucedió nada de verdad... ni bueno ni malo... Allí estaban con sus sogas limpitas y sin hilachar.
Una tarde, mientras la mamá cosía, miraba las soguitas enruladas en el piso ydescubrió que les tenía rabia. Entonces, por arte de magia, vio salir una brillante tijera de su costurero. La miró fijo y le dijo: "Si quieren crecer y ser libres e independientes, corten sus sogas....
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