cuento medieval

Primero, la casa de Trento, rodeada de hermosas flores de abril, en tonos violetas y rojos; después, el recuerdo de la mujer que amé por tanto tiempo; y por último, la nostalgia de nunca más volverla a ver, pues su cuerpo ya había sido pedido por Dios misericordioso y llevado al cielo, en una perfecta armonía con los ángeles.
Tantos recuerdos sucumbían mi mente, al ver esa rosa solitaria, queflorecía en esos campos espinados del sur de Lourdes, esa rosa que había despertado después de meces de un sueño helado, y que ahora se erguía orgullosamente con sus espinas afiladas y sus pétalos de un rojo intenso. Un rojo intenso como el amor puro.
Todo empezó el día en que mi familia y yo, nos mudamos a un pueblo, no muy grande, al norte de Italia. Se llamaba Trento y ahí mi madre abrió uncomedero vulgar para los simples hambrientos. Todas nuestras vidas siguió en esa plenitud hagañera, hasta que una guerra contra el imperio otomano, se llevó a todo el hombre de la región, incluido mi noble padre. En efecto, fue una despedida muy triste llena de lágrimas y recuerdos, pero por mucho que llorásemos, esto no cambiaría el rumbo de las cosas. Mi padre partió en una caravana.
Despuésde poco tiempo, las coas se hicieron costumbre, mi madre y yo, ya no lo extrañábamos tanto así, que nunca nos dimos cuenta si volvió o no, y tampoco nos importó. Mi madre estaba enojada con el mundo, y yo, afligido por una vida tan monótona.
Mi madre alimentaba y alimentaba a esos cerdos incultos, por un cuncho de dinero; mientras yo me ocupaba de los caballos de muchos señores feudales quepasaban por allí, les cambiaba la herradura, los acicalaba, los bañaba y los domaba, por el mismo insignificante cuncho de dinero.
Pero al pasar no más de un año, caminando por unas praderas, me encontré de cara con el amor. Era una joven demasiado hermosa para estos ojos que solo habían visto inmundicia. Su cabello era delicadamente rizado y rojo, rojo como las rosas que florecían en aquellos pastoscelestiales. Su cabello irradiaba una libertad absoluta, fuera de cualquier contexto social. Sus ojos expresaban el mundo en sí, en su forma más pura, y podía ver a través de su hermoso iris azul, la esencia de la vida, a Dios encarnado, la omnipotencia del creador, y la maravilla de su creación.
Dibujo una sonrisa, con esos labios que con su proyección irradiaban la simetría de mundo, elequilibrio de las cosas. Con esa sonrisa me cautivo, y me envolvió en un terreno de rosas, porque ella era como una rosa, y de soles, porque brillaba como uno, y de lunas melancólicas, y de aguas meditadoras, que reflejaban los rayos del astro del rey, de una música encantadora, y de una felicidad incontenida, que hacía que mi corazón estallara en gozos de alegría, y de júbilo, y aun mas todo mi cuerpoexplotaba en radicaciones cósmicas de una inconmensurable felicidad divina. Y supe que Dios no era lo que tanto predicaban en las iglesias que visitaba, sino que era el amor, la esencia de las cosas, y con esa muchacha, vi a Dios, lo sentí, y subí al cielo por unos segundos , volando libre como los ángeles, sintiendo que nada me podría vencer. Eso era Dios, era amor pero también supe, que tal vezno volvería a ser libre, porque me encontraría atado a su amor, dependiendo de ella para ser feliz.
Tal vez ella sintiera, o no, lo mismo por mí. Pero no me importo, aunque supiera muy dentro de mí que mi amor estaba correspondido. Y de pronto no me importo nada más. Al diablo las normas sociales y civiles, al carajo la religión, que ya no importaba pues había encontrado a Dios, y tampoco meimporto que no me hubiera casado antes de lo que iba a hacer. Entonces, sin importarme más que ella misma, me lancé en su cuerpo perfecto y la despoje de sus ropas, y ella me despojo de la mía y bese sus labias con ardiente deseo, mientras acariciaba su cabello con las yemas de mis dedos, y no me importo la hierba húmeda, ni la lluvia que empezaba a caer, éramos pasión pura, y no me importaba el...