Cultura Teotihuacana

EL LLANO EN LLAMAS
JUAN RULFO
R E S U M E N
NOS HAN DADO LA TIERRA
Después de tantas horas de camina sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
La tierra rajada de grietas y de arroyos secos. Cerca hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuerauna esperanza.
Caminamos desde el amanecer. Son las 4 de la tarde. Nosotros somos cuatro, como a las 11 éramos veintitantos, pero se han ido desperdigando.
Faustino dice: puede que llueva. Ya se nos acabaron las ganas de hablar con el calor. Por eso a nadie le da por platicar.
¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para que sirve, eh? No llovió. Desde que yo era muchacho, no vi llovernunca sobre el llano.
No, el llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada.
Antes andábamos a caballo y traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina.
Yo siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hizo bien. Por acá resulta peligroso andar armado.
De venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río. Pero también nos quitaronlos caballos junto con la carabina.
Vuelvo hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga.
Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿Qué haremos para enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de petate para que la sembráramos. Nos dijeron: del pueblo para acá es de ustedes, siel llano todo el llano grande.
Nosotros paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos, que queríamos lo que estaba junto al rio. No este duro pellejo de vaca que se llama el llano.
Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo: -no se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.
-pero no hay agua, ni siquiera para hacer un buche.Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En cuanto allí llueva, se levantara el maíz como si lo estiraran.
-pero señor delegado, la tierra esta deslavada, dura. Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es posible que nazca nada, ni maíz, ni nada nacerá.
- eso manifiéstelo por escrito. Y ahora váyanse.
Así nos han dado esta tierra. Y en estecomal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ser si algo retoña y se levanta.
Melitón dice:
- Esta es la tierra que nos han dado.
Faustino dice:
-¿Qué?
Yo no digo nada. Yo pienso: Melitón no tiene la cabeza en su lugar, ha de ser el calor el que lo hace hablar así.
Melitón vuelve a decir:
-servirá de algo. Servirá aunque sea para correr yeguas.
-¿Cuáles yeguas?- lepregunta Esteban. El lleva puesto un gabán que le llega al ombligo, debajo saca la cabeza una gallina colorada, se le con los ojos dormidos y el pico abierto como si bostezara.
Dijo que la traía para cuidarla. Es que su casa se había quedado sola y no había quien le diera de comer.
Estamos llegando al derrumbadero. Nos han puesto en fila para bajar la barranca y el ca mero adelante. La tierra se hacebuena conforme caminamos. Se ve que Esteban ha agarrado a la gallina por las patas y la zangolotea a cada rato, para no golpearle la cabeza contra las piedras.
Después de venir durante once horas pisando la dureza del llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aquello cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra. Vuelan parvadas de chachalacas verdes, eso también es lo que nos gusta.
Estebanhay vuelto a abrazar su gallina. Le desata las patas para desentumecerla, y luego el y su gallina desaparecen detrás de unos tepemezauites.
Nosotros seguimos adelante, mas adentro del pueblo.
La tierra que nos han dado esta allá arriba.


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Los difuntos Torricos siempre fueron buenos amigos míos. En Zapotlan no los querían pero, lo que es de mi, siempre fueron...