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La Alianza en perspectiva

Tal vez por todo esto la Alianza del Pacífico despierta tantas expectativas y sugiere un enorme abanico de oportunidades. Por eso mismo son grandes también los desafíos que la Alianza y los países que la conforman -individualmente considerados- tendrán que asumir en el corto y mediano plazo para hacer realidad tales expectativas y aprovechar esas oportunidades.Fortalecimiento institucional, desarrollo de infraestructura, mayor competitividad, y la traducción de las oportunidades financieras y comerciales en oportunidades para el emprendimiento, la creación de riqueza y el bienestar social son derroteros que deben orientar la agenda de la Alianza. De lo contrariLa celebración de la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico en la ciudad de Cali (Colombia) despertóuna enorme expectativa no sólo en el país anfitrión, ni únicamente entre los demás miembros de este novedoso proyecto de integración, sino también en otros actores de la región y del resto del mundo.
Para Colombia, que con ocasión de la Cumbre asumió la presidencia pro témpore de la Alianza, el evento constituye una prueba más del éxito que ha tenido el gobierno del presidente Juan Manuel Santosen su estrategia de reforzar los vínculos del país con la región y de asegurarse un papel protagónico que le permita proyectarse a escala regional e incluso mundial. Para México, Perú y Chile —los otros tres socios de Colombia— implicaba dar un paso más en el proceso de integración profunda en un momento en que aparentemente los procesos de integración en la región parecen estar inevitablementeestancados. El resto del mundo, por otra parte, no permaneció indiferente: para unos la Alianza constituye un atractivo eje de economías en desarrollo que comparten el credo del libre mercado y las garantías institucionales a la inversión y el emprendimiento (por oposición a varias economías latinoamericanas en las que la inseguridad jurídica se ha convertido en un instrumento de gobernabilidad); ypara otros (como Brasil), un mecanismo de contrapeso tanto en el plano económico como político que suscita cierta suspicacia.
En efecto, la Alianza del Pacífico —calificada por el Director del BID como "la propuesta de integración más ambiciosa que se haya visto en décadas"— encierra al menos cuatro promesas que, de realizarse, podrían llegar a tener un enorme impacto en las dinámicasgeopolíticas y geoeconómicas de América Latina.

Primera y segunda promesa: una nueva esperanza para la integración regional y la inserción internacional
El balance de los distintos proyectos de integración en América Latina mueve al escepticismo. En efecto, ese ideal que tantas veces suele darse por sentado da la impresión de no ser más que eso: un ideal siempre a punto de realizarse pero nuncaconcretado.
Hace tiempo que la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común Suramericano (Mercosur) han perdido la capacidad de suscitar cualquier ilusión. Por mucha reingeniería que se le aplique, la CAN parece haber alcanzado ya su punto de inflexión y estar sometida a un principio de rendimientos marginales decrecientes, tanto en el plano de la integración económica como en el de laintegración política. La discrepancia de los modelos económicos, las divergencias ideológicas, y su limitado potencial para proyectar la acción colectiva de los Estados miembros, explican en buena medida su estancamiento. Otro tanto puede decirse de Mercosur, en donde el acervo comunitario existe sólo en el papel, debido a su incorporación sólo parcial a los ordenamientos nacionales; y cuyo futuro ademásensombrece el deterioro de la confianza derivado de la forma en que el bloque intervino en Paraguay el año pasado con ocasión de la destitución del presidente Lugo, y de la suspensión que le fue impuesta como sanción, hábilmente aprovechada para legalizar el ingreso de Venezuela (un socio cuyo régimen es, por definición, enemigo del libre comercio, y que ahora intenta convertir el Mercosur en...