david


En un lugar en medio de la nada llamado Sirmiun se encontraban el Teniente Alfonso Roa en el batallón.
Él se encontraba realizando tácticas de guerra ya que Sirmiun era un país que estaba enguerra con los nazis, Alfonso realizaba sus estrategias cuidadosamente como si fuera un juego de ajedrez en el que está apostando algo más que la vida, el honor y el respeto. El segundo al mando era elcabo Ernesto que se encontraba en ese momento con el coronel Alfonso estudiando las debilidades y fortalezas de la resistencia nazi que se encontraba a un par de kilómetros.
- Mi teniente yo piensoque deberíamos atacar a los nazis por el lado sur de la fortaleza, se dice que es la fortaleza mas débil que tienen no deberíamos tener problema en acabar con ellos rápidamente-. El Teniente lo miro conuna frialdad, sorprendido de la ingenuidad del cabo y le respondió con severidad – No has aprendido nada cierto, no podemos confiarnos, tengo información de alta confianza proveniente de Francia quelos nazis han reestructurado todas sus bases, tenemos que andar con cautela-. - ¡Pero señor!- . –Usted a mí no me levante la voz, aquí el que da las ordenes soy yo y creo que lo más conveniente esintervenir el transporte de mercancía que les llega así los tendremos arrinconados-. Ernesto con una profunda ira e impotencia no dijo nada más, no era la primera vez que el teniente pasaba por encimade sus ideales. Esto desencadenaba un profundo rencor provocado por años de humillación.
-No siendo más mi teniente permiso para retirarme-. –Permiso concebido cabo-. En ese momento Alfonso quedosolo en el cuarto de operaciones meditando, perdido en sus pensamientos y en su loca ira y sed de sangre.
Años pasados, el Teniente había sido un gran obstáculo para los nazis por lo cual ellosdecidieron darle muerte a todo lo que quería en la vida, su esposa María fue asesinada y sus dos hijos condenando al coronel a una venganza sin fin, es así como llego la noche y todos se fueron a sus camas...