depresion en la escuela

¿Depresión en la escuela?
Las demandas de servicios sicológicos aumentan vertiginosamente, tanto en práctica privada como en instituciones publicas, y no precisamente porque exista un cambio de políticas en la prevención primaria o en la detección precoz de problemas de salud mental, sino porque el nivel de malestar es mayor.

¿Qué tipo de malestar?, se preguntará. Una contribución basada envarios años de escucha y acción en la escuela, en la clínica, en las comunidades, trabajando con niños y adolescentes de distintos estamentos sociales, muestra una amarga estadística económica que brega con disminuir, una necesidad básica insatisfecha, muy por debajo de las condiciones mínimas de calidad de vida, que inciden en el estado anímico y ocasiona tales “malestares”.

Y es en esecontexto que nuestros niños son las víctimas de una generación de adultos confundidos, cansados, intolerantes a los vaivenes naturales del crecer.

Evocando a Ana Freud “no es tanto el niño el que es vulnerable como el proceso de desarrollo en sí”. Es que nuestra intolerancia llegó a tal punto que apenas un niño llora en la escuela o no entiende la división, ya es enviado a profesoras particulares,sicólogas, pedagogas, siquiatras.

¿Es esto correcto? La Lic. Diana Lesme Romero afirma que con este proceder se crea toda una rutina abrumadora que provee servicios en torno a lo que falta. “No toleramos la falta, no hay tiempo para escuchar, qué dice el niño en su llanto o en su dificultad para aprender.

Es más expeditivo hacerlo callar. Los hacemos callar cotidianamente porque esperamos queno nos agreguen un problema más al cotidiano vivir”. ¿Qué hacer entonces? Escucharlos. 

“Es necesario escuchar a los menores en todos los ámbitos. Es importante que el sistema escolar sepa dar cabida a las imprecisiones, las faltas, los déficits porque pueden representar los únicos mecanismos que ese niño en particular encontró para pedir ayuda”, asegura Lesme Romero.

Pasa también, confrecuencia, que la escuela, como parte del sistema capitalista, necesita producir, mostrar resultados teniendo como mandato el brindar una respuesta inmediata, para luego pasar a otra cosa.

“En un mundo en que todo es desechable -dice la sicóloga- los malestares a veces son entendidos también como tales”. Se refiere específicamente a los indicadores de la depresión infantojuvenil, que muchas vecesson pasados por alto desde sus manifestaciones a nivel escolar.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Algunos de los criterios mencionados por diversos autores de sicología y siquiatría infantil como sintomatología de la depresión, entre ellos Weinberg, son::

1.Humor disfórico..

2.Autodepreciación.

3.Modificaciones en el rendimiento escolar.

4.Retraimiento social.

5.Modificación de la actitudhacia la escuela.

6.Quejas somáticas.

7.Pérdida de la energía habitual.

8.Modificación inhabitual del apetito y/ o del peso. 

Giffin, en su libro A Cry for Help, describe a los púberes depresivos de la siguiente manera: “Sus caras aparentan inmovilidad, estatismo, sus expresiones no cambian. Con frecuencia son muy delgados y ‘descoloridos’, sus voces no tienen entonación y sus palabrasparecen estar desconectadas de su entonación. Su discurso parece descolorido, como si hubieran retirando deliberadamente todos los adjetivos”.

Seguramente hay muchos niños con estos signos y síntomas en nuestras escuelas, algunos en el anonimato y otros no tanto, pues es obvio que ante la situación previamente citada de nuestro país, trabajamos con poblaciones de riesgo en todos los nivelessocioeconómicos. “Nadie puede discutir que la resistencia de los paraguayos o la capacidad de recuperación de los ‘dramas’, está cada vez más baja. Es decir una vulnerabilidad mayor de la salud mental en general”, expresa la profesional.

Todo esto genera un reclamo social hacia los educadores y los trabajadores de la salud mental respecto a la responsabilidad que les compete en la búsqueda de...