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Nos movemos entre el miedo al cambio o el deseo de cambio. Nuestra época no es distinta. Nuestros gobernantes y losmedios de masas comprendieron hace tiempo esta necesidad psicológica, que nos permite apreciar lo que tenemos o consolarnos por lo que no tenemos. En mi infancia nos contaban que el fin del mundodebido a un holocausto nuclear estaba a la vuelta de la esquina, mientra nos consolaban con la esperanza de que la ciencia iba a permitir viajes espaciales que permitirían utopías sociales sinprecedentes en nuevos mundos (“A new life awaits you in the Off-World colonies. The chance to begin again in a golden land of opportunity and adventure!“). Estos temores globales han sido reemplazados por elmiedo al cambio climático, a pandemias diversas, a la yihad islámica o al fin del capitalismo; en el lado de las esperanzas globales andamos más escasos: aparte del fin del capitalismo (ya que el finde un sistema es siempre una esperanza para los insatisfechos con el sistema actual, al reemplazarlo con una nebulosa utopía que contenta a todos), solo se me ocurren algunas variaciones sobre el temade la tecnología salvadora.
La esperanza, según Hesíodo, fue el único de los males que no escapó de la jarra de Pandora. Siempre ha habido controversia sobre el significado de ese detalle; ¿es la...
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