Diana es genial

Primera carta.
Fecha: 28 de julio.
Hora: 2:48 de la mañana.
E.D.P: no identificado. 
"Un corazón desbocado que no daba más advertía que en cualquier momento sufriría un paro. Sentir molestia o decepción, ambos sentimientos mezclados. Luchando por ser alguno el vencedor. La inocencia desaparece por una sangre hervida y unas manos que solo se saciaran al aniquilar.
Impotencia. Veneno quetermina de intoxicar al completo mi cuerpo.
Ahora me abriga una fría y pesada manta de soledad, pero sigo temblando, sin la posibilidad de levantarme del abismo en el que me lancé inconsciente y preso del suplicio. A pesar de examinar en la habitación la presencia de un objeto o persona capaz de apaciguarme en sus brazos y llevarme a una marea de calma, no encuentro a nadie con la intención deayudarme, solo hay demonios cegando mi luz de esperanza, deseando con extrema paciencia mí quiebre emocional, con el cual me sincero: no tarda en llegar. Quiero gritar y lo hago, quiero llorar y lo hago, quiero morir y no lo logró.
Respuestas sin preguntas, preguntas sin respuestas, ¿cuál es la diferencia? Todo nos conlleva al predecible y aislado camino en el que nos perdemos por días, meses y años.Sé que las palabras rebuscadas que dirá mi madre en un inútil intento de tranquilizarme serán: con el tiempo lo superarás. Pero no, el tiempo no me consuela ni me da la compañía necesaria. No me despierta en mis noches tormentosas de pesadillas continuas. Tampoco indaga heridas cuando sabe que las más profundas y dañinas se esconden dentro de la carne. No mamá, tú no lo entiendes ni lo harás.
Eltiempo no me hace olvidar, sólo recordar. No me saca sonrisas, tan solo infinitas lágrimas. Y no, no me cura, porque hoy, perdí a mi única cura”—Cuervo
Se desmoronó en el suelo, rompiendo en un crudo y amargo llanto, por su pesadumbre que ahora se encargaba de abrir una profunda brecha que inyectaba la gran porción de dolor que se acumularía por largos meses. Sus manos apretaban con furia supiel, en su mente seguía intacta una borrosa y  tétrica escena que necesitaba bloquear y suprimir del disco duro y en su organismo permanecía una intensa tristeza que se consumía en su voraz impotencia.
Estaba perdido y abstraído en el mundo donde abarrotaba la sociedad dañada, que podía darse el lujo de predestinar una falsa y dulce vida en la normalidad.
¿Quién podía juzgar a los que no entrabanen ese perfecto e inalcanzable paquete? Todas y cada una de las personas superficiales e hipócritas con las que se veía obligado a convivir. ¿Lo mejor del caso? Que las odiaba, y el sentimiento siempre fue recíproco. Estaba acostumbrado al desplazo, críticas desagradables y miradas hirientes, las podía soportar porque tenía una fuerza de apoyo incondicional, su fiel base que terminó siendo tanmarginado como él.
Y ahora lo estaba odiando casi tanto o más, lo maldecía por convertirlo en un dependiente y conocedor de la desgarradora e impredecible locura.
Sí, estaba entrando en su locura y negación, no podía respirar, un forjado nudo envolvía su garganta y él gimoteaba más fuerte,  sus orbes rojizos pedían piedad,  se sentía vacío, y deseaba evaporarse. Estaba al margen de un colapso. Loque su psicólogo una vez llamo crisis nerviosa, depresión y ataques de pánico, él lo bautizo como una condena asegurada. Mordía su labio inferior en desesperación, estaba temblando y no sabía cómo detenerlo, quería silenciar las voces, escudarse de las furtivas miradas. Control, ansiaba su propio control antes de auto destruirse una vez más. 
Sus ojos vagaban de un lado a otro, el reloj marcaba lastres y diecinueve de la mañana y el miedo comenzó a emerger, porque no estaba tan solo como lo pensó al principio. Divisaba siluetas intangibles a su alrededor que se acercaban sin pudor, una tras otra fulminándolo entre cínicas risas, lo rodeaban, acorralaban y asfixiaban. Su inestable respiración empeoro
—Los veo…Los estoy viendo de nuevo, Tony. —Gritó exasperado cuando las palabras...