Discurso Matrimonial
Páginas: 3 (729 palabras)
Publicado: 22 de febrero de 2013
MATRIMONIO
Es para mí un gran honor presidir y celebrar, en mi condición de Notario Público, la ceremonia de matrimonio de Alberto y de Karla. Si bien la figura del Notario Público es imparcial,no puedo omitir manifestar que me une un gran cariño con los contrayentes.
Siempre es grato ser testigo de un acto que normalmente es el más deseado y feliz que puedan experimentar dos personas quese aman. Esto lo llena a uno de entusiasmo y alegría, y le imprime a la vida de todos los presentes fe y esperanza de lograr cada día una vida más plena.
En esta noche, en que amigos y familiaresde Alberto y Karla se han hecho presentes, nos debemos sentir plenamente identificados con ellos y nos damos cuenta de que nuestra presencia aquí no se debe al mero cumplimiento de un compromiso conellos. Estamos aquí no solo para ser testigos de la expresión de voluntad de ellos de unir sus vidas en matrimonio, sino para acompañarlos en su alegríaa, en su esperanza y en sus deseos defelicidad.
La alianza matrimonial implica un compromiso coon la persona que hemos escogido para recorrer el sendero de la vida. Por eso es conveniente recordar a los contrayentes que nuestro Código deFamilia vigente, inspirtado en los más altos valores morales y en las más sanas tradiciones del pueblo costarricense, ha establecido que el matrimonio es la base esencial de la familia y que el mismotiene por objeto la vida en común, la cooperación y el mutuo auxilio y que descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges.
El matrimonio concede derechos a ambos cónyuges pero también los obliga acumplir con determinados preceptos. Es así como los esposos deben compartir la responsabilidad y el gobierno de la familia y conjuntamente deben regular los asuntos domésticos.
Marido y mujerestán obligados a respetarse, a guardarse fidelidad y a socorrerse mutuamente, parra lo cual deben vivir en un mismo hogar.
Gustavo y Lisbeth, quiera Dios que la felicidad de ustedes sea inmensa....
Es para mí un gran honor presidir y celebrar, en mi condición de Notario Público, la ceremonia de matrimonio de Alberto y de Karla. Si bien la figura del Notario Público es imparcial,no puedo omitir manifestar que me une un gran cariño con los contrayentes.
Siempre es grato ser testigo de un acto que normalmente es el más deseado y feliz que puedan experimentar dos personas quese aman. Esto lo llena a uno de entusiasmo y alegría, y le imprime a la vida de todos los presentes fe y esperanza de lograr cada día una vida más plena.
En esta noche, en que amigos y familiaresde Alberto y Karla se han hecho presentes, nos debemos sentir plenamente identificados con ellos y nos damos cuenta de que nuestra presencia aquí no se debe al mero cumplimiento de un compromiso conellos. Estamos aquí no solo para ser testigos de la expresión de voluntad de ellos de unir sus vidas en matrimonio, sino para acompañarlos en su alegríaa, en su esperanza y en sus deseos defelicidad.
La alianza matrimonial implica un compromiso coon la persona que hemos escogido para recorrer el sendero de la vida. Por eso es conveniente recordar a los contrayentes que nuestro Código deFamilia vigente, inspirtado en los más altos valores morales y en las más sanas tradiciones del pueblo costarricense, ha establecido que el matrimonio es la base esencial de la familia y que el mismotiene por objeto la vida en común, la cooperación y el mutuo auxilio y que descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges.
El matrimonio concede derechos a ambos cónyuges pero también los obliga acumplir con determinados preceptos. Es así como los esposos deben compartir la responsabilidad y el gobierno de la familia y conjuntamente deben regular los asuntos domésticos.
Marido y mujerestán obligados a respetarse, a guardarse fidelidad y a socorrerse mutuamente, parra lo cual deben vivir en un mismo hogar.
Gustavo y Lisbeth, quiera Dios que la felicidad de ustedes sea inmensa....
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