dos pesos de agua
[Cuento.Texto completo.]
Juan Bosch
La vieja Remigia sujeta el aparejo, alza la pequeña cara y dice:
-Dele ese rial fuerte a las ánimas pa que llueva, Felipa.
Felipa fuma ycalla. Al cabo de tanto oírlamentar la sequía levanta los ojos y recorre el cielo con ellos. Claro, amplio y alto, el cielo se muestra sin una mancha. Es de una limpieza desesperante.
-Y no se venadita de nubes -comenta.
Bajaentonces la mirada. Los terrenos pardos se agrietan a la distancia. Allá, al pie de la loma, un bohío. La gente que vive en él, y en los otros, y en los más remotos,estará pensando como ella y como lavieja Remigia. ¡Nada de lluvia en una sarta bien larga de meses! Los hombres prenden fuego a los pinos de las lomas; el resplandor de los candelazos chamusca lasescasas hojas de los maizales; algunaschispas vuelan como pájaros, dejando estelas luminosas, caen y florecen en incendios enormes: todo para que ascienda el humo a los cielos, para que llueva... Y nada.Nada.
-Nos vamos a acabar,Remigia -dice.
La vieja comenta:
-Pa lo que nos falta.
La sequía había empezado matando la primera cosecha; cuando se hubo hecho larga y le sacó todo el jugo a latierra, les cayó encima a los...
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