Drtdrt

Combinación de tareas
Estoy de pie en la cocina, bebiendo un vaso de vino y esperando a que una olla con agua rompa a hervir. Observo el gran espejo de la pared, y veo a una mujer delgada y envejecida que también busca consuelo en un vaso de vino. Mi marido está sentado en la mesa de la cocina, leyendo los periódicos. Hablamos de forma desganada.

¿Puedes creer, me pregunta, que la mujer mediabritánica pasa dos años de su vida mirándose en el espejo? Esta estadística había llegado a la revista que dirige, pero la rechazó sobre la doble base del sexismo y la inverosimilitud. Realizo algunos cálculos mentales y concluyo que esto equivale a 35 minutos diarios. Parece mucho, aunque sugiero que, si incluye la realización de varias tareas a un mismo tiempo mientras se mira al espejo, comoen mi caso, podría bastar.

Pasa la página del periódico, despreocupadamente. Es de mala educación, critica, mirarte en el espejo mientras alguien te habla. No más que leer los periódicos, le replico. La discusión decayó, lo que es una pena, porque tocaba una cuestión importante en el debate sobre la realización de varias tareas a un mismo tiempo: la mala educación. Con las prisas por clasificarla multitud de tareas como algo bueno o malo, este factor se pierde con frecuencia.

El término “multitarea” se introdujo en el idioma a finales de los 90. Se presentó como la clave del éxito en el nuevo milenio. Hace cinco años, las revistas de negocios rebosaban de artículos entrecortados sobre consejeros delegados que cumplían con su calendario escribiendo correos electrónicos mientras hacíanejercicio sobre la cinta andadora. La opinión era que, si la realización de varias tareas al mismo tiempo era vital, las mujeres llevaban la delantera. Desde tiempos inmemoriales, las mujeres han sido capaces de dar el pecho, cocinar pan, desatascar el lavaplatos, ayudar con los deberes de latín y llamar al fontanero al mismo tiempo. Por lo tanto, en un mundo en el que la gestión implicaba laejecución de tareas simultáneas, las mujeres seguramente ganarían.

Pero cinco años después, las mujeres no han ganado. La combinación de tareas ha perdido importancia y la concentración ha ganado peso. Los neurólogos han demostrado que, cuando se compaginan varias tareas, el cerebro pierde eficiencia y se cumplen peor las funciones: se cometen errores y la calidad se resiente. Y lo que es másalarmante, dejamos a un lado la combinación de tareas porque observamos con horror lo que está haciéndoles a nuestros hijos. En realidad, mientras mi marido y yo discutíamos sobre las debilidades mutuas de compaginación de tareas, en el piso de arriba nuestros hijos estaban inmersos en una sofisticada orgía de combinación de tareas. Los libros, los deberes de física, los iTunes, los textos y Betty lafea se sucedían al mismo tiempo.

Hace dos semanas, un artículo en la revista Time comentaba que un grupo de antropólogos de Los Angeles estaban lo suficientemente preocupados como para haber iniciado un estudio de cuatro años sobre el daño que este tipo de compaginación de tareas frenético y perpetuo estaba causando. Sin embargo tendrán que transcurrir mucho más de seis años antes de quedescubramos si esta generación terminará o no siendo anormal (yo creo que no). Entretanto, deberíamos confiar en nuestro instinto. El mío me dice que la compaginación de tareas no es algo bueno o malo per se. Todo depende.

Algunas combinaciones son buenas. Personalmente, encuentro que hacer punto mientras se ve la televisión es excelente, ya que ninguna de las dos tareas es lo suficientementesatisfactoria por sí misma. Lo mismo se aplica a caminar y conversar.

El representante más desvergonzado de este fenómeno fue Bill Clinton. Muchos de sus famosos encuentros con Monica Lewinsky en su despacho tuvieron lugar mientras hablaba por teléfono con los congresistas. Es probable que ambas tareas se llevaran a cabo con idéntica satisfacción.
El rendimiento en doble tarea: ¿De cuántos recursos...