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EL AMOR DEL COMANDANTE:
El comandante del cuartel general no podía dormir. No hubo caso que pudiera conciliar el sueño. Los sonidos del cuartel le pusieron losnervios de punta, como nunca antes. El cambio de guardia se hizo eterno y los pasos de los botines de los soldados le recordaron por alguna razón a la lluvia. Empezó a hacerse de día, mientras ella aúnrecorría en bata la sala, buscando perturbada por algo que no recordaba.
Me estoy volviendo loco, dijo. Miró hacia atrás en retrospectiva y recordó la hermosa boda, su traje blanco y la aposturadel gallardo Teniente. Los botones de su guerrera de gala brillaban como nunca en la catedral donde contrajeron matrimonio, viendo en la salida el traslado de los enseres de su nuevo hogar, en los camionesdel ejército.
Cuando llegaron a este puesto en mitad de las montañas y la luna, ella tenía todas sus esperanzas intactas, pero los días fueron pasando y la rutina le fue aplastando, cada día. ElTeniente subía de grado, aumentando el bienestar de la familia. Crecían los hijos haciendo su vida con otras personas, mientras ella sentía que quedaba sola. Sólo las actividades del alto mando ledaban alguna razón, sólo las tareas escolares mantenían su mente activa. Intentaba ser la que siempre quiso, pero las vicisitudes de la carrera militar le cerraban las puertas una tras otra.
Se movíaapenas por la ciudad, portando la identificación del rango que tenia, por si era detenida por la policía por haberse pasado una luz roja, sin miedo. Las órdenes impartidas por su marido, ahoraComandante, retumbaban en sus oídos todas las noches. Toda la dotación abandonaba el regimiento y los oficiales iban a la ofensiva conduciendo sus jeep camuflados. Detrás avanzaba la tropa, jovencitos endesarrollo, cargando pesadas mochilas cantando el himno del ejército, adentrándose en el paisaje para jugar a la guerra por unas semanas.
Entonces, el lugar se veía distinto, pero la paranoia de la...