Educación y compromiso. Tres metáforas deportivas

Educación y compromiso: tres metáforas deportivas
Miguel Vargas

No siempre uno logra responder a tiempo a las ideas con las que no está de acuerdo. Un día, por ejemplo, escuché decirle a un profesor universitario lo siguiente: “Para escribir no se necesita estudiar... perdón, no debí decirlo”. No agregó más, en medio del silencio que eclosionó el salón. Tampoco hubo réplica para aquellafrase. Ésta es la mía.
Al recordar aquellas palabras, de inmediato pienso: ¡qué desangelado comentario! Escribir es un arte. Es la palabra afanosa sobre el papel. Un ejército grandilocuente en busca de batallas. Un espacio de conquista que requiere aprendizaje.
Para intuir lo grave de aquella frase, sugiero recordar a Machado: “Se hace camino al andar”. Y así es la vida: aprendizaje y andar. Elcamino se forma de las experiencias del que mira, del que oye, del que avanza. Y también del que invita a hacerlo. Alcanzar la cúspide de una montaña es un logro que inicia cuando la inquietud por el descubrimiento avasalla todas las sensaciones y nos produce misterio, deseo de querer, de considerar, de apilar formas para conseguirlo, y después, queda contemplar el hecho desde la cumbre, estupefactospor el asombro de lo aprendido. A fin de cuentas, ¿qué es estar ahí sino el resultado de la curiosidad? Encontrarse en medio de lo desconocido, alcanzar aquel enigma, representa una consecuencia, un hallazgo. Quién bien anda, escala más, no se detiene, inquiere y abre otro sendero, sigue en la búsqueda. Lo repito: “Se hace camino al andar”. Y en estos casos, la enseñanza es estar al tanto de lo quecambió, de cómo nos transformó el viaje. ¿Eso será saber?
Posiblemente saber es apresar en el calabozo de la ensoñación lo que nos deja la experiencia; el conocimiento adquirido estará entonces representando, con todos los signos posibles, la interpretación de lo que se vive. Hay quien trepa fácilmente sobre cualquier pendiente llana o fragosa porque tiene la capacidad y una destreza tan naturalque le permite ser hábil. Hay sinfín de trepadores con menor o mayor dominio de las posibilidades. También se encuentra el tarugo que no posee ninguna forma de trepar. Seguramente, en estos últimos no hay estímulo interior, no hay fortaleza. Tal vez no poseen iniciativa, no conocen una estrategia. Pero, siempre hay alguien que podría alentarlos, enunciar una frase diferente, quizá: “Construyamosla poética de tu escalada”, y así le comparta sus pericias, su capacidad de arrojos, su inconmensurable labor de brechas, o simplemente, le alumbre el paso. En el escenario en que vivimos, lo importante será saber por qué nos comprometemos.
Toda escalada implica un proceso de superación personal. Desde luego que se puede ser autodidacta y adquirir el conocimiento pleno de lo que nos rodea, paraser conscientes y responsables. Pero ese saber corre el riesgo de quedarse en el interior si no se transmite, si no se comparte y no fluye por otras experiencias para conocer y aprender del pensamiento de los demás. Aprender es alcanzar un concepto de la realidad que nos permita ser críticos, lo cual puede lograrse cuando la educación se vuelve un compromiso compartido. El hecho es ése: no somoscríticos. Nuestra cultura no tiene como una de sus tradiciones fuertes la reflexión o la crítica. Todo lo contrario. En una escena de la película mexicana El Bulto, de Gabriel Retes, un personaje (Toño) le dice a otro (Lauro): “Si no quiere estudiar, déjalo. Si quiere poner un negocio, déjalo, es lo mismo, lo que importa es que haga dinero”. La película fue realizada en 1991 y buscaba discutir,veinte años después, sobre la postura de los jóvenes en el 71, el año en que ocurrió el Jueves de Corpus cuando el espíritu crítico de la juventud todavía seguía vivo. ¡Qué tal con la premisa!: “Si no quiere…” En este posmoderno año de 2011, ¿ése será el pensamiento de la mayoría de las familias mexicanas? Seguramente. Unos estamos absortos en el abismo de la ignominia, otros en el repunte de su...