El último color de la muerte

El último color de la muerte.

El clima del día y el suceso que lo que había determinado no eran para nada compatibles. Hacía un calor de mil demonios y mi bolso lleno de libros y cuadernos pesaba más de lo normal. Tenía sentimientos confusos, no sabía en realidad que debía sentir por la muerte del tío Pacho, media hora antes me encontraba en clase de literatura contemporánea pensando en lofrustrante que debía ser tener una muerte como la de Santiago Nasar cuando de repente me entró una llamada al celular de mi tía Clara, ella me anunció que mi tío había fallecido y lo estaban velando. Inmediatamente tomé todas mis cosas y salí de la clase.
El cementerio San Pedro era más grande de lo que yo recordaba, solo había ido una o dos veces cuando estaba pequeña. Vi el carro de la funerariaSan Vicente en el fondo, donde se situaba la pequeña capilla y me dirigí hacía ella. Mis familiares estaban a la salida de la capilla, todos vestidos de manera muy elegante y con colores sobrios, excepto mi tía Clara que llevaba un vistoso traje morado y unas grandes gafas color café. Cuando por fin mis sentimientos se aclararon, me llené de una profunda tristeza y lágrimas empezaron a brotar demis ojos, en los ojos de mis familiares buscaba también un sentimiento de dolor, sentimiento que no encontré, por el contrario, su falta de emociones me hacía sentir incómoda a lo que tuve que secarme las lágrimas y sonarme la nariz. Mi tía Clara se dirigió a mí.
¿No vas a entrar a la misa querida?
Por supuesto que sí tía, lo que pasa es que todavía no lo creo, el tío Pacho estaba tan lleno devida, ¿por qué no me habían informado de que estaba enfermo?
¿Lleno de vida dices?, tu tío ya no podía ni con los pies, y él no estaba enfermo, le dio un paro cardíaco y ahí quedó tieso.
Después de entrecruzar palabras con mi tía, me quedé un momento fuera de la capilla esperando a que todos mis familiares entraran, cuando un olor repulsivo invadió la nariz de todos los presentes.
¡Qué falta derespeto es cremar a una persona a la misma hora en que estamos velando a otra! Exclamó mi primo Jorge.
En cuanto paso el olor, entre a la capilla y me ubique en las últimas bancas en donde se sentaban encargados del cementerio y trabajadores de la funeraria, todo con el fin de poder mantener una postura relajada y no centrar toda mi atención directamente en la misa, eso de la religión no era paranada lo mío.
Apenas hubo terminado la misa, fui a ver el féretro de mi tío, me sorprendió mucho que estuviese cerrado a lo que intenté abrirlo y mi tía directamente me lo negó.
¿Qué estás tratando de hacer? ¡No ves que es una falta de respeto!
¿Qué?, ¿Por qué?, yo solo quiero ver a mi tío por última vez….
Recuérdalo como era en vida Beatriz, confórmate con eso, no te metas en los asuntos de losmuertos.
Siendo sincera conmigo misma, no entendía nada de lo que estaba aconteciendo, tanto misterio me hacía dudar sobre lo que estaba pasando, pero nada de eso era asunto mío. Lo curioso es, que las personas estamos tan acostumbradas a vivir dentro de lo que se considera normal que cualquier hecho fuera de esta normalidad lo pasamos por alto.
Terminado el funeral de mi tío, me fui a mi casa adescansar.
Curiosamente, días después en la universidad me asignaron el cementerio como lugar de análisis para un trabajo de investigación. Pasé alrededor de tres días entrando y saliendo de ese lugar, ya conocía casi todos los pabellones y hasta el guardia de seguridad de la entrada me saludaba por el nombre. Todos los días iba a ver la tumba de mi tío y cada día le ponía una flor distinta. Alcuarto día, tenía que concluir la investigación y solo me faltaba un ítem por analizar, las tumbas, comparar las más recientes con las más antiguas para ver los cambios en el tiempo. Se me ocurrió escoger una de las tumbas cercanas a mi tío, que según recordaba un cadáver había sido depositado ahí el mismo día que el de mi tío. Cuando pasé por ahí un olor a podrido me paralizó, la tumba que iba a...