El Diablo y el fetichismo mercancias

EL DIABLO Y EL FETICHISMO DE LA MERCANCIA EN SUDAMÉRICA
Taussig planea su obra con el propósito de establecer el choque cultural y las resistencias de
modos pre capitalistas (campesinos) frente al embate capitalista de Sudamérica (de manera
comparada entre Bolivia y Colombia).
Estudia para ello la manera en que estos dos modos económicos objetivizan la condición
humana.
La moralidad de estasactitudes en las comunidades campesinas comparadas requieren una
dialéctica entre el bien (los valores comunitarios) y el mal (su apartamiento y la adquisición de
hábitos capitalistas). De ahí la retórica simbólica del Diablo.
El análisis marxista permite a su vez determinar esta relación del fetichismo de la mercancía en
los procesos de alienación del campesinado convertido en proletario.
El Diablo,como espíritu del mal, como lo malo, se instauró sincréticamente en las creencias
campesinas, funcionando como símbolo mediatizador o traductor entre las lógicas nativas y las
imperiales de la conquista.
El Diablo aparece encarnado así en la economía capitalista, que minimiza el valor humano para
centrarse en el fetichismo de la mercancía(dando los artículos de consumo como única fuente
de valor)expulsando al hombre de su comunidad de origen, amenazada a partir de entonces.
Plegarse al fetichismo de la mercancía supone “venderse al Diablo por riquezas” perder el
alma, dares al mal.
La moralidad de la comunidad contrarresta tendencia centrífuga de sus miembros.
Partiendo de una crítica a la metodología etnocéntrica sobre el capitalismo al que hemos
naturalizado en occidente (reificacióneconómica), pretende Taussig explicar las formas poco
claras con que el capitalismo objetiviza sus creaciones y efectos culturales impositivos.
El capitalismo estaría reificando las cosas a partir de la organización del mercado, de unas
relaciones humanas mediatizadas por ésta. Las cualidades esenciales de las personas y sus
creaciones, dirá Taussig, se transforman así en mercancías consumibles(cosas que se compran
y venden en el mercado). Mercado, racionalización de costos, tiempo de trabajo, salario y
consumo… son elementos de esta concepción.
Todos estos elementos aparecen como cosas reales, separadas de contextos mayores (familia,
sociedad, religión, ética, etc.) por lo que se muestran des-incrustados y autónomos, no
relacionales (objetivación).
Otros conceptos como el tiempo, secompran y venden en el capitalismo (tiempo consumilbe y
mecánico) lo aleja radicalmente de las concepciones temporales campesinas más reacionadas
con la cotidianeidad (tiempo humano).
Según esto, Taussig inicia una crítica negativa descentrando el análisis etnocéntrico y
entendiendo que las “oscuridades “ en las que trabaja la mercancía capitalista (efectos
perversos, invisibilizados, no transparentes,distorsionados, que esconden ideología y

relaciones simbólicas disfrazadas de análisis aséptico economicista) se avienen bien a una
mstica y simbólica del demonio observado en la resistencia campesina (con el sincretismo de la
cadena cristiana a la usura).
Sostiene Taussig que los nativos convertidos en proletarios (trabajadores asalariados en las
minas o los ingenios azucareros) invocan amenudo al demonio (contratos laborales diabólicos
para incrementar el salario; y consecuencias morales perniciosas de tales pactos) mientras que
los trabajadores comunitarios no lo hacen tanto.
La observación etnográfica comparada en Bolivia y Colombia (tanto en afroamericanos como
en nativo-americanos) parece arrojar esta resultado. L interpretación clásica en Antropología
diría como respuesta que nosencontramos ante fenómenos de magia causados por la angustia
esencial, la mente irracional o la frustración social, etc. Taussig seguirá una interpretación más
política.
Estas creencias en el diablo que no pueden ser reducidas a folklore o magia irracional. Llevan
aparejadas éticas resistentes (ideología igualitaria) a la dominación capitalista.
El criterio del bien escaso y limitado también...