El viejo hombre de la barba blanca camin tan despacio como su osteoporosis se lo permiti a trav s de su incre blemente antiguo despacho

El viejo hombre de la barba blanca caminó tan despacio como su osteoporosis se lo permitió a través de su increíblemente antiguo despacho. Al llegar al escritorio, tachó lentamente con un marcador la fecha de ese día en un calendario sencillo, pegado a la mesa de roble oscuro, y se dispuso a sentarse en el cómodo sillón que había resistido el peso de su cuerpo por más de treinta años. Para esaépoca, sus manos ya le temblaban, y ese era solo uno de los variados síntomas evidentes de la vejez a su larga edad. Más sin embargo, eso nunca le hacía sentir débil o inferior, sino que lo veía como un triunfo: por fin vejez, por fin descanso. 
Minutos después de llegar, al descubrir en frente de su agenda que sus labores del día estaban consumadas y que en sus planes no figuraba ninguna actividadhasta algunas horas después, se giró en la silla y tomó un viejo diario forrado con cuero negro de su excéntricamente grande biblioteca personal, ubicada en la pared posterior del lugar. 
Abrió la primera página, que usualmente está en blanco, y en ella se insinuaban las letras refinadas de lo que pudo ser una mujer perfeccionista con un mensaje bastante desconcertante para cualquier persona queno fuese la autora de estas o don Mezzofanti Noruega, quien en ese instante respiró un inusual aire turbio en cuanto presenció las oraciones, lo cual lo tomó por sorpresa. Asustado, intentó tranquilizarse para poder leer correctamente la página llena de letras azules.
"RECUERDA. ESTO ES SOLO EL COMIENZO. PERO SI ALGO QUIERES ENTENDER, BÚSCALO AQUÍ. Y CUÍDALA, CUANDO LA HALLES. NO ME DECEPCIONES.TODOS DEPENDEMOS Y SEGUIREMOS DEPENDIENDO POR AÑOS DE TUS DECISIONES, Y DE TI. CUÍDATE TÚ TAMBIÉN, AUNQUE SÉ QUE NO HAY QUE DECIRLO. LAMENTO QUE TODO ESTO SEA TAN INCONCLUSO, PERO SI CAE EN MANOS EQUIVOCADAS, POR LO MENOS LES COSTARÁ MÁS INTERPRETARLO. 
Y TE PIDO ALGO DE MANERA ESPECIAL. NO ME DEJES MORIR EN TI ASÍ DEJE DE LATIR MI CORAZÓN, PARA QUE NUNCA DEJES DE VIVIR TÚ EN MÍ, Y LA SALVACIÓN ESTÉCONTIGO"
Leerlo lo alteró de una forma extraña, como si el estímulo visual de las palabras en contacto con sus sentidos tuviera como respuesta un impacto nervioso inesperado y negativo, teniendo en cuenta que los renglones escritos a mano por su tía usualmente le daban esperanzas, no la intranquilidad incomprensible que experimentó ese día tenebroso.
Aterrado aún más que antes, se levantó ycaminó al ventanal que se extendía en el muro principal del lugar, de esquina a esquina. Las 18 láminas de vidrio pulido hiperesistente aún décadas después de haber sido ensambladas lucían como recién fabricadas. La vista era excepcionalmente fabulosa. Mezzofanti, en los últimos años, no solo se había convertido en el mayor vendedor de flores híbridas del país por sus increíbles especies creadasgenéticamente, sino también por ser el piadoso empleador que cualquiera querría como superior, en especial por su entrega al servicio, a la paz interior, a la alegría y al espíritu de vida que los millones de colores de sus sembrados brindaban al entorno.
Cuando el fulgor que el imperio que había construido con esfuerzo logró estabilizarle el pulso cardíaco y dejó de sentir ese descontento que recordabahaber soportado por última vez aproximadamente cuarenta años atrás, regresó a su sillón, tomó entre sus manos de nuevo el diario personal de Taniela, evitando por completo volver a visualizar la dedicatoria, y empezó la lectura del cuadernillo.
Pasaron un par de horas, y el sabio florista ya iba terminando el diario y la libreta en la que había tomado notas, y analizado complicadas metáforas yclaves estaba casi sin páginas, entonces empezó a sentir que le ardían los ojos. Combinar su turbio pasado, ocho años de sufrimiento, tres de lucha, la pérdida de un ser querido y la ansiedad por cumplir una misión de 60 años lo único que hacía era afectarlo y debilitarlo, pero debía hacerlo cada semestre sin falta, y había sido así desde su juventud. La herencia de su tía Taniela lo estaba...