En La Ausencia Del Otro

En la ausencia del otro
Por Oscar Mario Rosas Tabera
“Te contaré una historia… no diré que fue hace mucho tiempo, pues el tiempo aún no existía. No, realmente estaban ahí, pues no era de otra manera que encontraran sus caminos en el mismo andar. Y aún después que su presencia se la llevara el viento, aquellas marcas en la arena, aquellas que ni el mar puede borrar, son las que nos vieronnacer.”
“No fue que se conocieron en aquél río carmesí… ellos sentían la presencia del otro desde antes de nacer, como un par de zafiros. Cada anochecer anunciaba la llegada de aquél sentimiento que florecía en el corazón de ambas almas. El secreto… aquello prohibido como el fruto de un árbol famoso.”
“Ojalá fuera tan rápido el tiempo en el que ellos vivieron, para poder encontrarles juntos, como fuealguna vez. Y es que en estos momentos de inquietud e incertidumbre, hemos perdido el origen de nuestro ser…”
Estas palabras, tan sabias como el cantar del viento entre las olas, me las repetía al ocultarse el gran señor de la tierra, el gigante de los eones; aquél árbol, tan extenso que cubría nuestra tierra del sol, tan eterno que en vidas pasadas lo vieron crecer, pero ni el tiempo mismo conoceel secreto de su semilla.
Estoy tan joven y tan viejo, tan cerca de abrazar la muerte que sigo caminando en el sendero de la vida a un pie, burlándome de ella, que no encuentro sendero entre estas palabras. Me paro y sigo mi vida como si aquello fuera una rutina de un día de un anciano de 90 años. Me siento solo y sólo así he desgastado este corazón a mi corta edad de veinte.
Mil veces me hepreguntado sobre esto, acerca de si quiero hacerlo o no; el sacrificio de la eterna noche, donde nos unimos al cantar de las estrellas, en sincronía con el amanecer y la caída del sol. Un ritual que ha pasado de generación en generación, desde que los dioses han bajado a nuestra tierra. Estoy a punto de unirme a este lugar y al amor de mi corazón, la primera vez que tengo duda sobre lo que creo,sobre lo que siento, sobre lo que soy.
No es así, no es que yo soy de este lugar, no pertenezco a ningún sitio que albergue sombras y luces. Quiero entender las palabras que me habla la tierra, la necesidad que tengo de escribir estas sensaciones tan mías, soy yo otra vez, estoy delirando en mi propio mar de tristezas… Hoy he cumplido mi objetivo, mañana sabré mi destino real.
Me he levantado, otravez siento la misma brisa de hace 10 años cuando mi niñez mantenía su inmaculada mirada, pero el pasar de los años nublaron la vista de aquél inocente, hoy soy menos humano que aquella noche en que seguía durmiendo, abrazado por Morfeo, soñando con la historia de aquél anciano de madera…
“¿Te has fijado en sus ojos? Se miran con tanta pasión que desprecian el ambiente, olvidando el pasado y elvenir de las eras. Siempre serán juntos, así se muestran ante nosotros. Somos hijos del señor, el portador de la luz eterna, que reina en el cosmos, ante su esplendor las estrellas rinden pleitesía. Su compañera, aliada en la eternidad de la noche, abrió su corazón y dejo entrar a su majestad… Si, te hablo de la Señora de aura de plata. Ellos son nuestros padres, ellos nos ven nacer y jamás denuestro lado se han de apartar.”
Es de risa saber que el anciano es mi único amigo, quisiera saber cuándo fue que decidió echar raíces en un lugar como este. Supongo que yo también soy su amigo, pues en esta era de inquietud e incertidumbre, nadie se atreve a oír de sus labios secos el significado de lo que es esta vida, nuestra vida.
Me he quedado solo, y sólo así he gastado estos últimos días de miexistencia, al cantar de las aves ya no es el mismo que era ayer, algo ha cambiado, y en este corazón siento la llegada del día de la última noche en que volveré a verlos… veré a mis padres de nuevo. Mi respiración se está volviendo agitada, poco a poco influye en mí el temor a un sacrificio, un camino que he de tomar, pero no volveré jamás; estremece mi cuerpo y me sonríe invitando al pavor...