Es Tan Dificil Volver A Itaca
Ahora cruzaba las calles de Buenos Aires con estos gritos adentrados en el alma.
Calor de fiebre me subía a las sienes; olíame sudoroso, tenía la sensación de que mi rostro se habíaentosquecido de pena, deformado de pena, una pena hondísima, toda clamorosa.
Rodaba abstraído, sin derrotero. Por momentos los ímpetus de cólera me envaraban los nervios, quería gritar, luchar agolpes con la ciudad espantosamente sorda... Y súbitamente todo se rompía adentro, todo me pregonaba a las orejas mi absoluta inutilidad pag. 178
Termina pasando la noche en un conventillo, adondeun chico homosexual, que trabaja prostituyéndose, lo acosa. Por la mañana Silvio sale del conventillo y deambula por la ciudad, generando otra escena de desesperación de un individuo que no tiene sulugar en la ciudad, que se ve obligado a estar en movimiento constante, intentando llevar la vida. Se compra un revólver y piensa irse a Europa trabajando en un navío, pero le niegan trabajo en elpuerto. La desesperación llega a un punto culminante:
De las calles de sombras formadas por los altos muros de los galpones, pasaba a la terrible claridad del sol, a instantes un empellón mearrojaba a un costado, los gallardetes multicolores de los navíos se erizaban con el viento; más abajo, entre la muralla negra y el casco rojo de un transatlántico, martilleaban incesantemente loscalafateadores, y aquella demostración gigantesca de poder y riqueza, de mercaderías apiñadas de bestias pataleando suspendidas en el aire me azoraba de angustia. Y llegué a la inevitable conclusión:
-Esinútil, tengo que matarme. (p. 192)
Pero el revólver falla y Silvio se salva.
En el cuarto y último capítulo, titulado "Judas Iscariote", Silvio parece más adaptado a la vida en la ciudad,...
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