Esrañol

Páginas: 11 (2518 palabras) Publicado: 16 de febrero de 2013
Zuppa triste
(La sopa triste)

Cabezas de ajo, arvejas, habichuelas; a ella se le había ocurrido cocinar mientras un dolor penetrante, con olor a cebolla, fragmentaba su respiración y estallaba a pedacitos en una parte de su cuerpo que jamás supo nombrar; era como un limón que detonaba ardientes gotas en una herida sanguinolenta. Lainfección de la producción había colmado su paciencia; no más. Cocinaba porque le apasionaba saborear el aroma las verduras, escuchar la risa de cada fruta, de cada grano, de cada textura. Amaba también probar un poco de todo; probaba luego de lavar obsesivamente cada unidad, luego de cocinar y al servir; se probaba.

Ese jueves vinagroso cocinó por pasión padecida; por desconsuelo. Quiso dejarque la sopa la dominara. Desnudó dos calabacines, abrió una lata de mejillones y coció las espinacas. No probó, no olió, no rozó, no amó; odió. Odió cada ingrediente, maldijo la mezcla, lloró sobre las cáscaras y la olla. Desembocó su vientre en la sartén mientas dejó sofreír oscuros recuerdos. Desprendió de su cabeza una gran cantidad de cabello mientras hervía el agua y en él enmarañó tantaabominación que sólo un bramido titánico pudo silenciar el borboteo. Se enfrentó al humo que desprendía la péntola, lavó su rostro en el caldo; lloró tanto; se lloró toda; lloró su muerte en la sopa. Añadió el ajo y las arvejas.

La sopa estuvo lista y sirvió tres platos, dos para ella. Era tarde y creía estar sola en el restaurante. Su último día allí. La soledad le permitió comerse, saborearseel cuerpo; degustar el dolor, masticar su cabello, abrazar su secreción, desnudarse y vestirse de sí. Él la encontró en la mesa tomando el último sorbo y le ordenó salir. Ella se quitó el delantal, lo arrojó al suelo, tomó el bolso, señaló algo con su mano trémula y le dijo: -“Eso” no lo hará ni como yo ni como nadie; no lo hará; cocinará la nada-. Se fue.

Él entró a la cocina y se enfurecióal ver el desbarajuste, la mugre, la sangre, las huellas, las cáscaras, el humo, el fogón encendido calentando nada. Las paredes amarillentas sudaban. Empezó a sentir su voz, a vivir el olor de sus besos, a saborear su cabello, a acariciar sus caderas y su sexo; le hizo el amor y dejó el plato vacío. Irrumpieron en su cuerpo la amargura, la desazón, el dolor; la sensación de muerte. Lloródurante una hora y vomitó hasta que tomó la decisión; sacó el aparato de su casa pero ella no estaría más.

Sombra maestra
(L'ombra maestra)

La maestra no sabía lo que era realmente importante. Pasaba el día y la noche encadenada a situaciones diferentes que al fin y al cabo entrañaban una sola: su trabajo en el colegio. ¿Importante?, ¿a caso era esa la pregunta que debía hacerse? Cuando estudióen la Universidad pensó que ser maestra consistía en estudiar, escribir e investigar sin cesar; por pasión, para enseñar a los estudiantes. Empezó a dar clases desde los dieciocho años pero sólo hasta que obtuvo su título de licenciada comprendió que al ejercer su labor en un colegio lo menos significativo (no para ella) es el conocimiento y la pasión. No hay que ser maestro de colegio por muchotiempo, de hecho, no es necesario ser maestro de nada (nada es necesario), ¡bah!, todos lo saben, para darse cuenta de que el futuro cercano o lejano para quienes se formaron como maestros es el mismo; soñar obstaculizados y tratar de no desprenderse de lo que debe ser por cumplir lo que es y no debería. Así es, maestra, no se moleste porque se lo digo de esa manera, continúe la lectura.

Subíapor la calle mirando el suelo, sosteniendo un paquete inundado de exámenes de estudiantes; pensaba en lo estúpido que es calificar (calificar, calificar, calif...), esa palabra no tiene sentido decía para sí. Levantó sus ojos y contempló las cinco calles que faltaban para llegar a su casa. El sol que tanto odiaba, parecía tratar de penetrar con violencia cada poro de su piel. Sólo usaba saco o...
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