Estado

Reseñas

El Estado desde lo empírico, el estado concreto

José Ignacio LANZAGORTA GARCÍA
Universidad Iberoamericana (México)
joseignaciolg@gmail.com

AGUDO SANCHÍZ, Alejandro; ESTRADA SAAVEDRA, Marco (Eds). 2011.
(Trans)formaciones del Estado en los márgenes de Latinoamérica. México: UIA, El
Colegio de México.
Ahí está. El Estado para unos, el estado para otros. Es una idea, es un inamoviblearmazón de intercambiables instituciones, es un discurso desde el cual resulta impensable la organización social contemporánea. Aunque, por supuesto, no le faltan
detractores que buscan encontrar su ausencia. Sin embargo, la búsqueda desapasionada y desideologizada del Estado como amigo o enemigo es infrecuente.
Desde la vertiente más técnica de las ciencias sociales el Estado —así, con mayúscula— essiempre origen en el plano cartesiano en el que se trazan las teorías, las
prácticas, los diseños de política pública. Ahí donde no haya Estado hay que correr
por los planos y lápices para poder comenzar a trazar la vida pública a partir de uno.
No se concibe de otra manera. Desde la losofía política el Estado está ahí para
pensarlo, estirarlo, acortarlo, desaparecerlo hipotéticamente o darle unaomnipresencia. Por siglos el escenario de ausencia de Estado eran meras elucubraciones que
sirvieran para dar sustento a una idea de Estado vigente en una Europa de guerras en
las que el dibujo de límites entre soberanías territoriales se convirtió en una manía
contagiada al resto del planeta.
Hoy no podemos ver un planisferio sin identicar diferentes y arbitrarias porciones de tierra emergidamediante los nombres de los “estados” en los que ha sido
fraccionada. Incluso es frecuente encontrarse una Antártida divida por sectores que
llevan el nombre de cercanas y lejanas jurisdicciones. Ahí donde la frontera no está
clara o es borrosa surgen rápido las explicaciones que dan alivio sobre la transitoriedad de una situación: “es que están en guerra dos estados”, “es que ese nuevo estadotodavía no es reconocido por otros”.
Y en los colores que distinguen un mapa de división política, con o sin nombres,
no hay tonalidades. Todo lo que cae bajo esa inmensa mancha verde claro con el
nombre de Rusia es Rusia. Novosibirsk es Rusia, Nueva Zembla es Rusia, Sajalín
es Rusia; lo mismo el Museo del Hermitage que un páramo desolado de Kamchatka.
El color del mapa no distingue más que entre lasfronteras con otros estados y con el
océano. El análisis tampoco hace siempre esta distinción.
Al Estado no le hacían falta argumentos a favor o en contra de su existencia. El
consenso es que innegablemente ahí está de una u otra forma. Sin embargo, lo que
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Revista de Antropología Social
2012, 21 287-312

Reseñas

le ha seguido haciendo falta es la observación empírica sobre la calidad de supresencia. El Estado de Derecho, la hegemonía, la gubernamentalidad y hasta el Estado
mismo son recipientes de formas precisas deseosos de ser llenados de ese líquido
abrasivo que es la realidad observada. Tras este ejercicio, los recipientes pueden
permanecer ahí, resistir la abrasión y adoptar una nueva forma o desintegrarse.
Ésta es la empresa de la interesante colección de ensayos editada porAlejandro
Agudo Sanchíz y Marco Estrada Saavedra. Con una revisión teórica y crítica de un
compendio de textos sobre la antropología del estado a cargo de Aradhana Sharma
y Akhil Gupta (2010), los editores y autores llevan al campo a Michael Foucault,
Antonio Gramsci, Max Weber, Louis Althusser, Philip Abrams y Nikolas Rose en
busca no del Estado, sino de cómo éste es construido, apropiado,aceptado, rechazado y, nalmente, transformado ahí donde pudiera estar sometido a tensiones e
intermitencias inesperadas o deliberadas.
(Trans)formaciones del estado en los márgenes de Latinoamérica. El paréntesis
inicial es económico: nos habla de sus formaciones o de sus transformaciones, la
sospecha de ambigüedad es que en los casos abordados por los autores se podría
argumentar que el Estado...