Evita
Santa Evita obliga al lector “tradicional” [2] a superar sus hábitosestablecidos de lectura de textos narrativos y, con ello, le exige cuestionar sus principios estéticos y hasta su posición ante la realidad. Hay en Santa Evita un entrecruzamiento de discursos: el del relatopropiamente tal y el de las indicaciones extra-relato, pero éste formando parte del primero, ya que la historia narrada incluye, como decíamos, la historia de su composición. De tal modo se constituyeel texto, que el metatexto es más una configuración suya que simple explicación subsidaria. Pasa a ser parte del cuerpo del relato. Lo que nos interesa saber ahora es a qué obedece este especialtratamiento de su material narrativo por parte del autor. Y quien mejor ilumina esta fundamental cuestión que nos preocupa es el propio TEM.
En efecto: reconociendo que las operaciones sobre escribir yreflexionar sobre lo escrito han sido siempre de una tensión extrema en Hispanoamérica –”donde hasta la historia y la política nacieron como ficción” [3] –, TEM se preguntaría:
¿De qué modo lacrítica podría orientarse en un campo cultural [4] donde todo tiende a ser ficción y donde la realidad es presentada a la vez como profesía, como pasado, como verdad inverosímil, como mito, como...
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