Femichismo

                                    Machismo Femenino o como ser cómplice de la propia opresión
                                         


Introducción:

Machismo.
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. (Real Academia Española)

Constantemente podemos escuchar esta palabra en nuestra vida cotidiana, que vivimos en una sociedad machista, que tal personaes un machista, etc. Lejos de desmentir estas frases, aceptamos una histórica opresión por parte del varón hacia la mujer que tiene como consecuencia una marcada diferencia de género. Pero el análisis del trabajo no pasará por cómo llegó el género masculino a ser opresor y el femenino a ser oprimido, sino porque se mantiene ese paradigma invariable, y cuestionarnos la definición oficial de la RealAcademia Española preguntándonos ¿Y las mujeres? ¿De qué manera son cómplices y colaboran con su propia opresión? ¿Hasta qué punto la habituación inconsciente es un modo de legitimización del régimen machista? ¿Qué tanto necesita una sociedad machista un mínimo de “voluntad de sumisión”? Más allá de que el género masculino se valió de (en términos de Foucault) las “redes de poder” para dominar,¿No existe un grado de legitimidad y aceptación conservadora otorgada por el género femenino? ¿O acaso las mujeres que dirigen su vida bajo una cultura machista no contribuyen a la desigualdad social? Y por último ¿Existiría una sociedad machista sin complicidad de la mujer?
Entendemos que la definición de la RAE no es completa, sino que creemos que el machismo más que una actitud es un sistemadiscriminatorio a favor de un género en particular, el masculino, apoyado en las actitudes tanto de varones como de mujeres

Desarrollo

Machismo y complicidad
Desde que nacemos, somos expuestos a la socialización de género, que define que está bien y que está mal dependiendo de nuestro sexo biológico. De esta manera, la sociedad estigmatiza a las personas por si son varones o mujeres, y lesasigna determinadas actitudes, comportamientos y maneras de sentir de acuerdo a su género, invariablemente de su manera personal de actuar y relacionarse. Romper con esos “moldes” pre-determinados implica un rechazo social. Es en la crianza donde nos hacen distinguir que es normal y que es anormal, que es correcto y que erróneo, que es lo tolerable y que es lo desplazado; distinciones que no nacen delos individuos sino que son reproductivitas del discurso dominante. Éste es el discurso machista. De esta forma, el poder produce hombres, inhibiéndolos, reprimiéndolos y a la vez construyendo mentalidades. Entender que es lo verdadero, lo sano, lo normal y lo lícito es una forma de moldear, condicionar y fabricar individuos. Este condicionamiento genera que el sujeto sólo pueda construirse apartir de un discurso de los límites que imponen sus prácticas. De esta manera queda totalmente reducida la posibilidad de reproducción de otros sujetos que no cumplan con los requisitos de la cultura machista ya que quedan excluidos. El sujeto por lo tanto queda inventado y limitado en la instancia de su autodeterminación. Queda excluido el sujeto autónomo.
Estas diferenciaciones quedan reflejadasen los juguetes que se les regalan a los niños. Por un lado tenemos los juguetes-herramientas para los chicos, para que jueguen a tener diversas profesiones tales como carpintero, herrero, arquitecto, etc. Por el otro tenemos los juguetes para las niñas relacionados con las tareas domésticas (el juego de cocina, la plancha, y demás artículos estigmatizadores) o con la belleza, que luegocontribuirá a la tan temida cosificación de la mujer. Es aquí donde entra la cuestión ¿Y quién les compra esos juguetes? ¿Sólo los padres? La respuesta es NO. Las madres sin ser consientes de las limitaciones en la autoreproducción del chico que están imponiendo, repiten el discurso dominante y a las hijas les compran los “juguetes para niñas” sin pensar en todas las connotaciones machistas que poseen, y...