Fernando De Herrera
Canción en alabança de la Divina Magestad por la vitoria del señor don Juan de Austria en la batalla de Lepanto
CUANDO con resonante
Rayo y furor del brazo impetuoso
AEncélado arrogante
Júpiter poderoso
Despeñó airado en Etna cavernoso;
Y la vencida tierra,
A su imperio rebelde, quebrantada
Desamparó la guerra,
Por la sangrienta espada
De Marte, aun conmil muertes no domada;
En el sereno polo
Con la suave citara presente
Cantó al crinado Apolo
Entónces dulcemente,
Y en oro y lauro coronó su frente.
La canora armonia
Suspendia deDioses el Senado;
Y el cíelo que movia
Su curso arrebatado,
El vuelo reprimia enagenado.
Halagaba el sonido
Al piélago sañudo, al raudo viento
Su fragor encogido,
Y con divino alientoLas Musas consonaban á su intento:
Cantaba la victoria
Del ejército etéreo y fortaleza,
Que engrandeció su gloria;
El horror y aspereza
De la Titania estirpe y su fiereza.
De PalasAtenea
El Gorgóneo terror, la ardiente lanza;
Del Rey de la onda Egea
La indómita pujanza;
Y del Ercúleo brazo la venganza.
Mas del Bistonio Marte
Hizo en grande alabanza luenga muestra.Cantando fuerza y arte
De aquella armada diestra,
Que á la Flegrea hueste fué siníestra.
A tí, decia, escudo,
A tí, del cielo esfuerzo generoso,
Poner temor no pudo,
El escuadron sañosoCon sierpes enroscadas espantoso;
Tú solo á Oromedoute
Trajiste al hierro agudo de la muerte,
Junto al doblado monte;
Y abrió con diestra suerte
El pecho de Peloro tu asta fuerte.
¡Ohijo esclarecido
De Juno! ¡o duro y no cansado pecho!
Por quien cayó vencido,
Y en peligroso estrecho
Mimante pavoroso fue deshecho;
Tú cubierto de acero,
Tú estrago de los hombresindinado,
Con sangre hórrido y fiero,
Rompiste acelerado
Del ancho muro el torreon alzado.
A ti libre ya debe
Del recelo Saturnio, que el profano
Linage, que se atreve
A alzar la osada...
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