Fernando Gonzalez
Pensamiento Iberoamericano.
Prof. Pbro. Jacinto Ceballos.
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Ricardo Antonio Granados Roque
Introducción:
En el presente trabajo trato de responder a la pregunta: ¿Es posible hablar de un
vitalismo desde Fernando González? Para esto haré un análisis de alguno de sus
escritos, siendo propuesta la siguiente obra, “Libro de los viajes o de las
presencias”, para el desarrollo de este análisis. Presentaré en la medida que sea
posible, una manera vivencial de entender la obra mencionada siguiendo los
pasos del Maestro Fernando González y como al final hace una crítica al nihilismo
alemán.
Cuerpo del trabajo
A la pregunta si el Maestro González es vitalista podríamos dar la simple
respuesta de un sí, pero debemos tener en cuenta la riqueza tan basta que se
observan en sus escritos, porque es el Maestro González más que un vitalista, es
una amante de la realidad, que en sus obras no podemos más que llenarnos de
estupor y de gozo, pues plantea la misma sucesión como una regla natural a los
hombres. Primero, es importante que podamos definirnos como viajeros, ¡somos viajeros! El
Maestro plantea dos formas de llegar a poder adentrarnos en los viajes, la primera
en base a conceptos y la segunda con la vida misma. Es por esta razón que no
podemos afirmar que exista una única presencia sino muchas y diversas
presencias que nos hacen incluso pensar en el “yo” y en el “otro”.
Realmente nosotros en nuestro diario vivir, no podes dejar de notar que siempre
estamos en un proceso cognitivo, es decir, de aprender perpetuo, y esto lo
logramos casi siempre a través de la memoria, es por ello que como seres
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Estudiante de VI semestre de Bachillerato Canónico en la Universidad Pontifica Bolivariana.
pensantes dotados de memoria (no todos los seres son capaces de ello),
podemos llegar a formular conceptos, los cuales permiten ampliar el conocimiento
del sujeto; a sus vez, estos conceptos permiten lograr la perpetuidad de dicho
conocimiento pero siempre desde un punto de vista más cuadriculado si se me
permitiese llamarlo de esa manera.
El Maestro González, parte como ya hemos dicho de la cotidianidad, de lo que no
es variable en la observación del hombre que se deja llevar por el devenir o sea
todo es devenir (movimiento según Heráclito) y este hombre al estar en
movimiento con todo su entorno, es incapaz de profundizar en la intimidad de su
ser, de sus seres, para poder distinguir su “yo”, sus “yoes”; y cómo ese “yo” se
refleja en los “otros”. Con esto quiero poner de manifiesto que los “otros” son el
simple reflejo del “yo”. En todo este devenir histórico la vida del hombre en su
cotidianidad vivirá del movimiento entre dos conceptos, la vida y la muerte.
Cuando González se refiere a la intimidad, en su sentido más estricto, se refiere a
Dios, como infinito, es decir; que nosotros al ser nada, somos en la intimidad y en
ella tomamos sentido por el juego entre los antagónicos, vivir o morir, bien o mal,
bello o feo, etc.
Pareciese indispensable, referirnos a la nada como punto necesario para llegar a
entender la intimidad, de manera que si no llegamos a la conciencia de que somos
nada, a desnudarnos, entendido como el ser en su ser más puro, lo que nos hace
ser lo que somos y no ser otros, jamás llegaremos a emprender el viaje o a la
“sucesión” de la vida (viaje a las presencias).
Para esto se deben seguir ciertos pasos o métodos:
1 Se deben eliminar los conceptos previos que se tengan por sobre las
demás realidades (cosas), eso es la vivencia.
2 Darnos cuenta que esos conceptos simplemente ...
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